Cientos de personas provocaron el caos en las inmediaciones de Wembley en la previa de la final de la Eurocopa entre Italia e Inglaterra. En estampida, muchos hinchas ingleses sin entrada intentaron entrar en el estadio y muchos de ellos lo lograron, superando a la seguridad del recinto y enfrentándose con la policía que intentaba detenerlos.
El pasillo que conduce a Wembley se convirtió este domingo en un macrobotellón gigante, donde volaban las botellas, la cerveza y las pelotas de fútbol, en una previa más parecida a una batalla campal que a lo que se le presupone a un partido de fútbol.
«Os podéis meter vuestras calzone, vuestros macarrones y vuestros canelones por donde os quepan«, cantaban los aficionados ingleses en los vagones de metro que llegaban cada pocos minutos a la estación de Wembley Park, la preferida por la afición por la preciosa vista del estadio con el arco iluminado al fondo.
Lo que normalmente es una tranquila calle comercial, con algunas residencias universitarias y poco ajetreo de personas, se tornó en una fiesta brutal, con miles y miles de personas que actuaban como si la covid fuera algo del pasado. Solo el hecho de llegar a la estación, mientras se insultaba al conductor del tren por pedir a los pasajeros que no obstruyesen las puertas, se celebraba como un gol.
Los ingleses se entretenían intentando romper la seguridad del estadio y colarse en el campo, en consonancia con las imágenes que se estaban reproduciendo en el resto de la capital. La estación de King Cross era evacuada por el lanzamiento de bengalas, Leicester Square se convertía en el escenario de una batalla campal y los aficionado hacían cola, desde primera hora de la mañana para meterse en cualquier pub a calentar la final.
/Marca
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS