Esta crónica corresponde al proyecto de Todo fútbol: «1962, Un ejemplo para el Chile de hoy». Un espacio que llega a ustedes gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional
Sin duda fue el logro más importante obtenido por el fútbol chileno en toda su historia. Y lo consiguió una selección que esa tarde ante Yugoslavia derrochó garra y amor por la camiseta. Conocho jugadores muy lesionados (no se permitían cambios) y cuando ya se iba a al alargue, el gran Eladio Rojas convirtió el gol de la victoria en el minuto 90
Tercer lugar
Sábado 16 de junio
Estadio Nacional de Santiago
Público : 67.310
Árbitro : Juan Gardeazábal (España)
Asistentes: Albert Dusch (Alemania) y Andor Dorogi (Hungría)
Chile (1): Adán Godoy, Luis Eyzaguirre, Raúl Sánchez, Manuel Rodríguez, Humberto Cruz,
Eladio Rojas, Jaime Ramírez, Jorge Toro, Carlos Campos, Armando Tobar y Leonel Sánchez.
DT: Fernando Riera
Yugoslavia (0): Milutin Soskic, Slavko Svinjarevic, Vladimir Markovic, Vladimir Popovic,
Vladimir Durkovic, Petar Radakovic, Vladimir Kovacevic, Dragoslav Sekuralac, Drazen
Jerkovic, Milan Galic y Josip Skoblar.
DT: Prvoslav Mihajlovic
Gol: 90´ Eladio Rojas (Chile).
EL GOL CHILENO
Minuto 90: El árbitro español Juan Gardeazabal ya miraba su reloj para terminar el partido, lo que obligaba a ir a un tiempo suplementario. En lo que seguramente sería la última
carga del tiempo reglamentario, Luis Eyzaguirre avanza por el sector derecho, de sur a norte y
pegado a la banda; cruza la mitad del campo y combina con Eladio Rojas, quien ganó metros,
ya que la defensa yugoslava se paró sobre la raya del área grande tratando de impedir alguna
“pared”. Sin embargo, Rojas que ya le había anotado de distancia a Rusia y que también había
estrellado un remate en el poste en la semifinal con Brasil, no dudo en probar desde más de
30 metros.
Milutin Soskic se tiró hacia la derecha, donde iba el remate, pero en su trayectoria la
pelota tocó el pie de Vlatko (Vladimir) Markovic y se desvió sutilmente, lo suficiente para
descolocar al portero yugoslavo. A la expectativa, dentro del área estaban Carlos Campos y
Armando Tobar. El propio Markovic, Radakovic y Durkovic se toman la cabeza, porque no
lo pueden creer. Fue un gol angustioso que valió un tercer puesto en el Mundial y un lugar
destacado en la historia.
Cuatro de los siete sobrevivientes de la Roja recordaron así ese memorable partido
Sergio Navarro, Manuel Astorga, Jorge Toro y Humberto Cruz recordaron en El Deportivo de La Tercera, lo que fue esa epopeya. En particular, respecto a este partido del 16 de junio de 1962 dijeron lo siguiente:
El 16 de junio de 1962, en el recinto de Ñuñoa, se vivió una de las jornadas más exitosas en la historia el fútbol chileno. El equipo de Riera llegaba tocado tras la derrota ante Brasil y debía definir el tercer puesto ante Yugoslavia, otra de las potencias de ese entonces, que había perdido la final de los Eurocopa de 1960 ante Unión Soviética. Un duelo donde la Roja llegó con lo justo, físicamente hablando. Incluso, terminó con tres lesionados. Sin embargo, aguantó la potencia y el juego físico de los balcánicos. Cuando el duelo ya terminaba, un gol agónico de Eladio Rojas permitió la victoria más celebrada de Chile en los mundiales. “Nos habían hecho tres goles contra Brasil y yo debía entrar a marcar al más grande de los yugoslavos, Drazen Jerkovic, quien medía 1,90 m. y yo 1,63. Y no hizo nada. En ese partido nosotros lo jugamos con todo. Terminamos con ocho jugadores, porque tuvimos tres lesionados: se desgarró Campos al minuto, y después se lastimaron Toro y Manuel Rodríguez. Imagínate lo que corrimos. No había cambios. Cuando terminamos, Eladio Rojas me llevó en andas. Me jugué el partido de mi vida, el único que estuve en ese Mundial”, asegura Humberto Chita Cruz.
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