Lo perdía 0-1 en pleno segundo tiempo y Joselú, que había entrado recién a la cancha, lo dio vuelta de manera increíble. Y si faltaba algo, en el último minuto de descuento le anularon un gol en un fallo muy polémico a los alemanes
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) May 8, 2024
El Real Madrid no admite rivales. Dos semanas asegurando que el Bayern es lo más semejante al equipo blanco y a la hora de la verdad el orgulloso equipo bávaro hincó al rodilla como el resto, cuando se veía en la final. Si hace dos años fue Rodrygo el héroe, esta vez es Joselu quien inscribe su nombre en la maravillosa lista de los milagros blancos. Después de un partidazo de Harry Kane, quien podría haber ocupado su sitio esta temporada, el canterano saltó en el tramo final para hacer el trabajo de un ariete, convertir lo que le caiga. Un desenlace poético que castigó a Neuer, enorme hasta el empate, y coloca al Madrid en Wembley, donde no ha disputado aún ninguna final. Allí estará el Rey de Europa, dispuesto a conquistar la 15 en una temporada memorable. Ocurra lo que ocurra en la final.
Como ocurre en las finales, el partido fue cerradísimo. Salió el Madrid con un punto extra de intensidad, aprovechando el arreón anímico del Bernabéu, algo similar a lo que hizo el Bayern en la ida, y pudo cobrar ventaja antes del cuarto de hora. Fue en un balón interior de Carvajal, lateral y extremo, para Vinicius. Se revolvió en el área, cruzó el remate y lo devolvió el poste. Rodrygo recibió la pelota y trató de embocar. En la primera y en la última intervino Neuer, recordando a todos el excelente guardameta que es.
Temprano tuvo el Madrid su mejor oportunidad en el primer acto. Dominó el tempo porque cuenta con Toni Kroos, y eso es garantía de óptima gestión de la pelota. En diez minutos ya había servido tres pases de 35-40 metros al pie. Le sale con la misma naturalidad con que se ata los cordones de sus botas blancas. Pero también es cierto que el Bayern mejoró sus prestaciones sin balón con los dos retoques de Tuchel. De Ligt ayudó a Kimmich a contener a Vinicius cada vez que cayó por banda, y Pavlovic trabajó para liberar a Laimer. La otra novedad, Serge Gnabry, apenas tuvo incidencia. Antes de la media hora ya estaba fuera de combate por lesión, Entró Davies para sujetar y dar tormento a Carvajal. Mejoró al equipo alemán.
Se notó el respeto que impone una semifinal y un rival ilustre. No se desmelenó el Madrid pese a sufrir poco. Pero se mira en el espejo al medirse al Bayern. Le cayó un balón llovido a Harry Kane en la frontal y con eso sacó una volea que buscó la base del palo. Si iba fuera, al palo o dentro es un debate fabricado por Lunin, que hizo lo que hace un gran portero. Sacarla. Por si acaso. Lo mismo que Neuer, cerca del descanso, al palmear un centro cerrado y venenoso de Vinicius. Total, máxima igualdad al descanso.
Vinicius asumió el mando de las operaciones tras el descanso. Se fue a la banda izquierda y empezó a rebasar defensores como un descosido. Primero centró cerrado y no llegó Rodrygo, después abrió el pase y no encontró rematador, y al tercero conectó con Rodrygo que conectó cruzado, fuera por poco. Del resto se encargó Neuer al sacar un golpe franco de Rodrygo que buscaba palo, y otra diagonal de Vinicius. El nivel del 7 es escandaloso, imposible de detener incluso con ayudas. El Bernabéu se ponía en pie, empujado por su equipo. Era el momento, y el gol no llegaba.
El inequívoco paso adelante del Madrid generó espacios para la contra, y quien mejor lo leyó fue Harry Kane, mucho más que un ariete. Se fabricó una ocasión al cuerpear con Mendy. Sacó Lunin. Con el Madrid volcado recibió el inglés en el medio, vio la escapada de Alphonso Davies, encaró a Rüdiger hacia dentro y detonó un derechazo espectacular, al palo contrario. El Bayern de toda la vida.
Ancelotti hizo cambios de inmediato. Modric y Camavinga al césped. Piernas frescas. Pudo empatar de inmediato el Madrid en un córner ensayado, balón atrás a Valverde y disparo duro al corazón del área. Desvió Nacho, pero estaba en el verde Kimmich, caído tras el forcejeo con el central madrileño. No lo vio Marciniak de primera, pero el VAR avisó de la falta. Que lo era. Otra cosa es que Joshua realmente hubiera recibido daño. Anulado. El golpe pareció aplastar al Bernabéu y al equipo, que durante varios minutos no supo si ir o quedarse. Entraron Brahim y Joselu, y el Bayern tuvo hasta una contra para rematar. La acabó rebañando Modric cuando Pavlovic iba a rematar. El gigante bávaro tenía pie y medio en la final y…
Y ocurrió. Otra vez. Otro milagro que sólo es posible en este estadio mágico, aún más amenazador ahora que está cerrado. Abrió la puerta Vinicius, recibiendo en su costado y probando suerte desde lejos. Tiró centrado pero duro. Lo justo para que Neuer, que se veía en las portada del Bild, dejó la pelota muerta para que llegara un delantero centro. O sea, Joselu. Rebañó la pelota y la colocó bajo las piernas del meta. Es verdad que Tuchel había contribuido al reitrar a Kane y Sané. Daba igual. El Bernabéu ya era un manicomio. Se volcó el Madrid y en el 91′, Nacho abrió a Rüdiger que estaba como extremo izquierdo, metió el centro duro al corazón del área, donde debería estar un delantero centro. Joselu. Levantó el banderín el asistente, pero en la comprobación siguieron las dudas. Empezaron a celebrarlo los madridistas, señal de que era gol. Otra vez. Lo había vuelto a hacer. Los más de diez minutos de añadido fueron eternas. Los bávaros se fueron indignados al anularse un gol en el que se había pitado previamente fuera de juego. No había nada que revisar. Estaba anulada previamente. Con ese punto de agonía acabó otra noche para la historia. El camino a la 15 lleva a Wembley. No se vayan todavía, aún hay más.
/Escrito por José María Rodríguez para Marca de España. Fotos twitter Real Madrid y Bayern Munich. Video ESPN
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