La peor tarde que se le recuerda a Lunin y la bisoñez en general de una Ucrania presa de los nervios, con exceso de responsabilidad quizá por saber que representa a un país en guerra, permitió a Rumanía lograr una victoria tan cómoda como sorprendente en Múnich.
Sin alardes, sin estrellas, pero siempre con oficio y corazón latino, lo que le permitió sacar el billete para la Eurocopa por delante de Suiza, el combinado de Edward Iordanescu, hijo del mítico Angel, completó un notable ejercicio defensivo y arriba mostró una contundencia impensable.
Es cierto que Lunin regaló los dos primeros goles, pero para encontrar premio hay que buscar la suerte con disparos lejanos. Una decepción esta Ucrania que llegó tras superar a Islandia en la repesca y que dispone de un elenco de jugadores interesantes, caricaturescos en su estreno. Salieron todos al campo envueltos en la bandera de su país y se les humedecieron los ojos al escuchar el himno, pero esa tensión de saber que era bastante más que un partido para ellos se trasladó al juego.
No había ocurrido apenas nada en Múnich, más allá de un dominio territorial intrascendente de los ucranianos, hasta que una desconexión entre Lunin y el central Matviyenko impropia de una Eurocopa preludió el golazo de Stanciu al filo de la media hora. Era una jugada sin peligro, pero el zaguero del Shakhtar Donetsk le dio un pase envenenado a su portero en lugar de seguir circulando la jugada de lado a lado, y Lunin se quitó el balón de encima sin la fuerza y la dirección correctas. Un desastre por la mala elección, la pésima ejecución y la sensación de desconcentración. La pelota le cayó a Man, que asistió a su capitán para que éste dibujase un disparo enorme desde la frontal.
Tembleque ucraniano
Eso tanto provocó mayor tembleque aún en el portero todavía del Real Madrid, que paradójicamente en su club este curso mostró nervios de acero. Notó Stanciu es canguelo, y si no es porque el balón golpeó en el travesaño le hubiera dibujado un gol olímpico. Magnífico el jugador del Damac de Arabia Saudí, autor de tres goles en la fase de clasificación, y errático Lunin. Detalles que deciden los partidos y trasladan seguridad o incertidumbre a todo un equipo.
Los rumanos, no obstante, tienen el mérito de que se defendieron de maravilla y redujeron a la nada a jugadores en teoría llamados a destacar en este certamen como el ‘gunner’ Zinchenko, Tsygankov y el ariete Dovbyk, brillantísimos en el Girona, o también Mudryk. Este delantero, por el que el Chelsea pagó 70 millones más 30 en variables al Shakhtar, no termina de explotar como se pensaba.
Salieron con algo más de intensidad los de Rebrov tras el descanso, pero otra vez dieron alas a los rivales por sus facilidades defensivas. Otra vez Lunin en el foco, esta vez porque el inesperado y lejanísimo lanzamiento de Razvan Marin se le metió por debajo del brazo. Y tras hacer por fin una buena intervención, en el córner siguiente recibió el tercero. Enorme desatención defensiva y buena acción de Dennis Man para que Dragus remachase a placer. Increíble. Los rumanos estarán en octavos y los ucranianos deben competir aún con belgas y eslovacos. Saben mejor que nadie que mientras hay vida, hay esperanza.
RUMANÍA 3 – UCRANIA 0
- RUMANÍA: Nita, Ratiu, Dragusin, Burca, Bancu, Marius Marin (Rus, min. 75), Man (Ianis Hagi, min. 62), Razvan Marin, Stanciu (Racovitan, min. 87), Coman (Mihaila, min. 62) y Dragus (Puscas, min. 75).
- UCRANIA: Lunin, Konoplia (Tymchyk, min. 72), Zabarnyi, Matviyenko, Zinchenko, Stepanenko (Brazhko, min. 62), Shaparenko (Yaremchuk, min. 62), Tsygankov (Yarmolenko, min, 62), Sudakov (Malinovskyi, min. 83), Mudryk y Dovbyk.
- GOLES: 1-0: min. 29, Stanciu. 2-0: min. 53, Razvan Marin. 3-0: min. 57, Dragus.
- ÁRBITRO: Glenn Nyberg (Suecia). Amarilla a Konoplia y Razvan Marin.
- INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la primera jornada del grupo E, disputado en el Arena de Múnich. Un espontáneo saltó al campo en la segunda mitad.
/Escrito por Ignacio Tylko para ABC de España
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