Solvente triunfo español para cerrar la primera fase en un partido en el que brilla el número ’10’, autor del pase con el que Ferran Torres hizo un golazo para tumbar a Albania
No es fácil entrar en medio del rodaje de una obra maestra. Se esperaba las prestaciones de la brigada de reservas de España. El llamado plan ‘B’ respondió con solvencia con un inspirado Dani Olmo, poseedor de la caja fuerte del partido para tumbar a una aguerrida Albania. La selección española pasa a octavos sin encajar un gol. La ilusión de España no rota.
De la Fuente sólo repitió en la foto inicial a Laporte, sustituido tras el descanso por Le Normand. En la lógica entra que no se repitieran pasadas exhibiciones. Muchos cambios traen consecuencias. El bloque español funcionó por líneas.
Solvente en la zaga con Vivian y Laporte, mandón en el centro con Merino y Zubimendi, punzante en los laterales con Navas y Grimaldo y picante en el enganche con Olmo. El partido se hizo largo a la vez que convincente.
Para Albania era el partido de sus vidas. Podía existir el temor de que España se lo tomara como un encuentro de consolación de un torneo veraniego. La mejor manera de descartar eso era atender a Mikel Merino, que en cada acción siempre va al doscientos por cien.
En 1986 cuando la selección española visitó por primera vez Albania encontró un país que se había divorciado de la civilización del siglo XX. El régimen comunista había roto los mapas y en su fútbol se distinguían Minga y Kola, lo que fue carne ideal para el humorismo fácil español. Ahora no hay rastro de todo aquello.
A Albania la dirige un brasileño, Silvinho, y con un programa de ‘Albaneses por el mundo‘ ha encontrado futbolistas de élite. En ese reclutamiento ha funcionado la inteligencia artificial y el algoritmo. La selección ya no es un bombón helado para los rivales, que además se encuentran en las gradas con una hinchada horneada en la pasión.
Lo de Dani Olmo es inteligencia natural, lo que equivale a muchos millones de euros en el fútbol moderno. Se sabe mover entre líneas, un producto venenoso contra las pizarras, y no está peleado con el área. Tras los primeros golpes albaneses Laporte rompió dos líneas con un pase, encontro al número 10 español en la mediapunta y éste conectó con Ferran Torres, que resolvió con la izquierda para hacer un gol de clase VIP. El algoritmo saltó por los aires.
España gobernaba el partido con el balón y con la agudeza de Dani Olmo. Sin los cazas, Lamine y Nico, encontraba centros laterales de salón en Jesús Navas y Grimaldo. El sevillano tiene 38 años y cuando tenga 60 y esté sentado en un banco seguirá dibujando roscas con destino al punto de penalti.
El lateral del Leverkusen exhibió el repertorio de centros y Joselu, que se ha hecho célebre por su finca en los últimos metros, rozó el gol en un escorzo de foto en blanco y negro. Fue el prólogo a la rotura del partido. Con Albania eliminada se entró en un golpe a golpe en el que apareció David Raya en un remate de Broja.
De la Fuente dio entrada a Fermín para que diera energía, aunque también mostró la imprecisión normal en un debutante, y a Lamine Yamal porque de los niños se puede esperar cualquier trastada. Albania nunca se rindió, animada por una grada incendiada.
España templó el último compromiso antes del territorio de los títulos. La selección está enchufada y sabe a lo que juega, con los titulares y con los que esperan más minutos. Ahí está Dani Olmo y la ilusión de una selección.
/Marca
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS