Un gol de Lewandowski decidió un partido que el Barcelona debió haber ganado holgadamente pero que tuvo que sudar para resolver
La Liga tiene un líder sólido, que resolvió su séptimo partido consecutivo no sin sufrimiento. Un gol de Lewandowski en el primer tiempo acabó resolviendo un encuentro que mostró en los minutos finales un Barça agónico, sufridor, sacrificado, que hizo valer el buen trabajo de todos los minutos anteriores. Es un equipo solidario que también sabe sufrir para aferrarse al éxito con el que transita por el Campeonato.
Indudablemente, la lupa estaba, está y estará puesta en Iñaki Peña en este tramo de partidos, con el club sumido en las gestiones para encontrar un sustituto del germano titular. El joven meta de la cantera supo estar a la altura, muy apoyado por la grada y arropado por el trabajo de sus compañeros, en la línea de la temporada en cuanto a la solidez del equipo, aunque faltó la clarividencia colectiva y la contundencia de otras tardes.
Diluido frente a un Getafe hosco, rocoso, cerrado, que jugó poco aunque se esperaba incluso menos y que tampoco dejó jugar, el Barcelona ofreció el partido menos brillante, seguramente, de este inicio de temporada. Tampoco sufrió demasiado pese a lo que pueda pensarse por el final agónico y lo que está claro es que debió haber resuelto mucho antes de llegar a esos apuros últimos.
El primer partido después de la lesión de Ter Stegen comenzó con Iñaki Peña, que ya había salido imbatido de Villarreal, alentado por el público y crecido después de una parada sobre la línea como respuesta a un cabezazo de Carles Pérez tras un centro de Álex Sola, que había empujado a Lamine Yamal con total impunidad para poder centrar, en un inicio irregular de los azulgranas. Y acabó con el meta mostrando autoridad en los minutos finales.
Ramplón el juego en los primeros minutos y con Lamine Yamal vigilado, al Barcelona le costaba llevar peligro a las inmediaciones de David Soria, el portero del Getafe. El conjuinto madrileño se ubicó en terreno barcelonista en el primer tramo de partido y fue incluso capaz de generar algunos acercamientos peligrosos a las inmediaciones de Peña.
Sin embargo, en cuanto Lamine Yamal pudo fabricarse un espacio, habilitó a Koundé para la subida del lateral francés, que se sacó un gran centro que el meta Soria rechazó muy mal. Tanto que dejó el balón muerto a pies de Lewandowski, quien en la frontal de la pequeña no perdonó.
Impulsado por la ventaja en el marcador, el Barcelona comenzó a funcionar como el líder sólido que es y, aunque un disciplinado Getafe impidió que llegasen más ocasiones, incluso en un remate a gol en claro fuera de juego de Lewandowski, el Barcelona tenía el control del partido y dominaba con cierta comodidad.
No estaba resuelto el choque tras el descanso y el Barcelona tuvo que incrementar el ritmo para poder desballestar a un Getafe que, tras los engañosos primeros minutos, regresaba a sus habituales costumbres: encerrarse, rascar sin escrúpulos, pegar en cada disputa de balón y buscar alguna contra, en este caso a través, sobre todo, de Carles Pérez.
Recibió un balón Lamine Yamal en la frontal tras un buen pase de Casadó y, con uno de sus chuts con la izquierda, forzó a David Soria a quitarse la espina de su error en el primer gol y evitar el segundo con una buena parada. El Barcelona había mejorado, pero el partido seguía abierto y el Getafe, vivo.
Otra vez el VAR estafó al Barcelona. Una salida de David Soria a atrapar el balón con la pierna levantada a la altura de la cabeza del polaco hizo que el delantero recibiese una patada del portero en el pecho clarísima. Y dentro del área. Penalti clamoroso que, sin embargo, pasó desapercibido, pero ahí está. Otro tangazo al líder.
Bastante hubo que esperar para que la dureza del Getrafe tuviese el adecuado castigo de una tarjeta. Le tocó recibirla a Arambarri, recién incorporado, por un pisotón a Casadó. Raphinha lanzó la falta y david Soria volvió a lucirse, abajo a la derecha, para evitar el 2-0, que se resistía.
A medida que se acercaba el final del partido, la dureza del Getafe subió algún punto y, con ella, la evidencia de que el árbitro iba, una tarde más, a poner todo de su parte para restarle algún puntito al Barcelona. Falta, faltita, falta, faltita, falta… y así todo el rato. Sin que González Fuertes aplicase el reglamento. Hasta que el que vio tarjeta fue Raphinha, capitán, por protestar.
Raphinha no acertó a rematar un buen centro, igual que unos minutos antes un chut de Lamine Yamal había rozado el larguero y Eric había rematado fuera en un lío en el área. Iñigo y Cubarsí tuvieron que multiplicarse en los últimos intentos del Getafe por sacar algo positivo ante un Barça que acabó apelando a la solidaridad de todos para lograr el séptimo triunfo, mientras Borja Mayoral desperdiciaba un remate muy claro en el último suspiro.
/MundoDeportivo
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