El combinado nacional descendió 47 puestos desde marzo de 2016, cuando fue tercera del mundo, su mejor ubicación histórica. La falta de recambio, el deficiente trabajo en series menores y la escasa calidad de la liga local explican el declive, según los expertos.
La crisis está declarada. A pesar del triunfo ante Venezuela, la Roja está muy lejos de sus mejores épocas. El equipo nacional marcha penúltimo en las Eliminatorias con nueve puntos de 36 posibles. Ni la presencia de Ricardo Gareca pudo cambiar la ecuación, ya que apenas logró cuatro unidades de 18.
El pobre registro de la Selección es una situación que ha escalado en el tiempo, de manera sistemática y sostenida. Un conjunto de factores que ha llevado a Chile a conseguir el indeseado rótulo de ser uno de los peores cuadros de Sudamérica.
“Les va a costar mucho salir del fondo. El que ha sido último y hoy ya no lo es, siempre trata de sostener esa posición. Y el que está abajo quiere ir hacia arriba, y el otro sabe que lo quieren bajar”, advierte Julio César Uribe, exseleccionado y técnico de Perú.
Una novena posición que no solo se establece en la coyuntura de la tabla de posiciones, sino que advierte la abrupta caída en la principal herramienta cuantitativa de comparación de selecciones: el ranking FIFA.
En ese listado, la Roja ocupa el puesto 50°. Pero, al margen de la mediocre ubicación, lo que revela este dato es el ininterrumpido descenso del combinado nacional desde hace ocho años. Periodo que comienza en marzo de 2016, justo en la previa de su título en la Copa América Centenario y después de consagrarse como campeón de la edición de 2015.
Lo peor de todo es que Chile es la selección que descendió más en ese lapso, tras retroceder 47 puestos. Mismo intervalo en el que Paraguay bajó 14 posiciones y Ecuador lo hizo en 12, por ejemplo. Los peores en esa particular cuenta, al margen de Chile.
Rasgo sintomático
Profunda crisis que coincide con la paulatina partida de la Roja de esos grandes referentes que tuvo el equipo como Gary Medel, Claudio Bravo o Charles Aránguiz, por nombrar a algunos de los pilares.
“Y así pasa, en estos ocho años no hay nuevas figuras que puedan reemplazar a aquellos que fueron tan exitosos. El dato está a la vista, muchos saben la receta y muy pocos la ejecutan. Esa es la ecuación”, explica Uribe.
Momentos de gloria que mantuvieron a la Selección, al menos por una década, como una de las mejores de Sudamérica, desde la asunción de Marcelo Bielsa, en 2007, hasta el final de la Copa Confederaciones de 2017, cuando cayó en la final ante Alemania.
“Esa Generación Dorada que tuvo Chile, todo ese grupo de jugadores no fueron ellos exclusivamente, sino que el nivel de los demás que los rodeaban era muy alto”, afirma el exzaguero boliviano Marcos Sandy.
Falta de renovación
La salida de esas exestrellas consulares deja al descubierto la falta de renovación. Los constantes fracasos en torneos de menores (no clasificar al Mundial Sub 20 desde 2013) advierten sobre la mala salud del fútbol nacional.
“Chile bajó porque no supo planear su recambio. Las razones pueden ser muchas, pero si no trabajaste las divisiones menores, tu rendimiento será poco o nada. Eso hay que proyectarlo. Muchas selecciones lo hacen con éxito”, explica el peruano Uribe.
Precaria realidad que no es solo un dato, sino un síntoma del deficiente trabajo realizado por diferentes administraciones de la ANFP en cuanto a series menores . “Lo que hoy pasa con Chile es un reflejo del trabajo que se ha hecho. Si tú no logras el recambio pasan este tipo de situaciones. Debes completar una renovación con seriedad, poniendo énfasis en la mentalidad y el desarrollo de los juveniles”, opina Renny Vega, exarquero de Venezuela.
“Si logras plasmar esos valores en las nuevas generaciones, con un trabajo metódico, llegarán los resultados que necesitas. Tal vez eso es lo que le ha faltado a Chile”, agrega.
Opinión más directa es la del altiplánico Sandy, quien repara en esa especie de obsecuencia que ha impedido a los dirigentes diagnosticar el problema del recambio. “Muchas veces, cuando uno consigue cosas, se marea y piensa que la renovación es como un arbolito, que todo saldrá de manera natural, pero eso tiene que ser fruto del trabajo”, apunta.
Una liga muy débil
La formación no es la única causa de este ostensible bajón en el ranking FIFA. La escasa calidad del campeonato nacional también explica el problema. De hecho, la liga chilena es la tercera peor de Sudamérica, ya que solo supera a Venezuela y Bolivia en el listado de la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol.
“Para hacerse fuerte, una selección debe tener un buen torneo local, competitivo, con un mayor ritmo. A Chile le ha tocado vivir esa etapa difícil porque no ha logrado renovarse. Es una suma de todo”, sentencia Sandy.
Una baja calificación que no es nueva. En el ranking de 2023, el torneo nacional también fue octavo en la región e, incluso, bajó un puesto respecto del listado anterior a ese. Claro que en 2020 tocó fondo, cuando fue décimo entre los países de la Conmebol.
/LaTercera
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