Los azulgrana, con este triunfo, están matemáticamente en la siguiente fase de la Champions
Parecía que resistía la maldición de Da Luz, pero el Barça la rompió con una remontada increíble. Una auténtica locura para imponerse al Benfica 4-5 gracias a un gol en el último segundo del añadido de Raphinha. Los azulgrana nunca bajaron los brazos y le dieron la vuelta a un 4-2 en el cuarto de hora final. Partido histórico que deja a los de Hansi Flick matemáticamente clasificados para octavos de final.
El Barcelona ya se había encontrado con este escenario. Gol tempranero en la final de Supercopa contra el Madrid, sin ir más lejos. Y el cuadro catalán se conectó al partido para ahogar con su presión al Benfica, débil en defensa, pero con una contra demoledora. De nuevo Álvaro le puso un gran balón a Aursnes, que cruzó demasiado su remate.
Calma, pedía Flick. Lewandowski metió el miedo en el cuerpo a los locales con un primer remate alto y fue el polaco, máximo goleador de la Champions, quien anotó de penalti el empate. Una pena máxima que el neerlandés Makkelie tuvo que revisar en el VAR, donde vio el claro pisotón de Tomás Araújo sobre Balde. Era el octavo tanto de Lewandowski, que acabó la noche con nueve.
El partido ya estaba donde quería el Barça. Incluso Gavi pudo avanzar a los culés tras otra recuperación en la frontal en otra buena presión azulgrana. Remató de manera acrobática con la zurda y Trubin respondió agrandándose para evitar el segundo con una gran intervención.
Error de Szczesny y hattrick de Pavlidis
Pero un error de Szczesny desmontó al Barcelona en una acción aislada de un partido que el cuadro catalán tenía controlado. Corría el minuto 23, balón largo a la espalda de la defensa azulgrana y el portero polaco, que iba de cara, chocó con Balde, que ya tenía el esférico en su poder. Pavlidis lo recogió y marcó a placer. Fallo de un portero que no está acostumbrado a jugar con una defensa tan avanzada.
Y aún sin poder reponerse del segundo gol local, antes de la media hora llegó el tercero del Benfica. Penalti de Szczesny sobre Akturkoglu, que voló por encima del portero aunque fue difícil apreciar el contacto. Buen ojo debió tener el árbitro neerlandés, que no dudó en señalarlo y no necesitó revisarlo. Pavlidis lo transformó y en menos de media hora firmaba un hat-trick. Ni en sus mejores sueños.
El Barça no estaba dando una mala imagen, los dos goles fueron jugadas aisladas, pero el partido ya se había puesto muy cuesta arriba. Llegaron las precipitaciones y los enfados. Se vio la frustración de Lamine, que estuvo muy controlado por su compatriota Álvaro. El internacional español Sub-21 demostró ser un lateral de mucho recorrido.
Antes del descanso, el de Mataró tuvo su oportunidad, pero no pudo remachar un centro de Raphinha, que también desaprovechó otra clara ocasión para meter al Barça en el partido tras una recuperación de Lewy.
Flick insistió pidiendo tranquilidad a los suyos para recuperar el dominio en el segundo tiempo en un encuentro que se había roto. Dio entrada a De Jong y Fermín y en un juego descontrolado, el Barça parecía que se metía en el partido gracias a un gol casi sin querer de Raphinha. Error de Trubin en la salida, el balón impactó en la cabeza del brasileño, que anotó el 2-3 cuando quedaban 25 minutos para soñar. Pero la ilusión culé no duró ni 100 segundos. Un autogol de Araujo, que intentó desviar un centro desde la izquierda, parecía dejar el partido prácticamente sentenciado con el 2-4.
Orgullo y reinar en el descontrol
A pesar de ello, el Barça no bajó los brazos. Lewandowski se encargó de recortar distancias otra vez desde los once metros tras un penalti sobre Lamine. Y el último cuarto de hora el equipo azulgrana se volcó contra la potería contraria para lograr la épica.
Eric Garcia, tras un medido centro de Pedri, igualó el partido con un cabezazo que dio alas al Barça. Y en un final loco, donde apareció Tek para salvar el gol local, donde el Benfica reclamó un penalti de Araujo en el último minuto del añadido, Raphinha, a la contra y arrancando desde campo propio tras un gran pase de Ferran Torres, entró dentro del área, recortó y marcó el definitivo 4-5. Triunfo histórico del Barça, que lo celebró como un título.
Qué menos. Están en octavos a falta de un partido ante el Atalanta. Y si está en modo Champions, este Barcelona puede soñar a lo grande. Se lo ha ganado en Lisboa.
/Escrito por Ferran Martínez para Mundo Deportivo
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