Con un muy buen rendimiento colectivo e individual, la Selección nacional escribió un lindo capítulo consiguiendo un triunfo histórico por 2 a 1 ante los guaraníes. El Mundial ahora está un poquito más cerca.
por Christian Ayala R.
cayala@todofutbol.cl
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Chile celebra en Asunción. Una postal poco frecuente en nuestra historia futbolística.
Con esos antecedentes y como era de esperar por el paladar futbolístico de Sampaoli, desde el primer minuto Chile salió a ser protagonista. Gran presión en el mediocampo con Vidal, Díaz, Isla y Mena, lo que les permitió a los nuestros recuperar rápidamente la pelota y salir velozmente en función ofensiva. Eso, sumado al tridente ofensivo, complicó en demasía al cuadro guaraní que no lograba sentirse cómodo en su propio campo, de hecho se vio un equipo muy confundido y lleno de imprecisiones.
Vidal además brillaba con luces propias como demostrando que por fin entendió que tiene la obligación de ser el líder de este equipo, tal como lo hace cuando viste la blanquinegra de la Juventus. De hecho el volante tuvo la apertura de la cuenta a los 3 minutos cuando sacó un zapatazo tremendo desde unos 30 metros que obligó a Villar a un volada casi inhumana para lograr tocar apenas el balón que terminó golpeando caprichosamente el palo izquierdo de la valla albirroja.
Ese fue el preámbulo de unos minutos muy bueno de los chilenos que tuvieron luego un par de ocasiones más, como un remate de Paredes tras centro de Sánchez que pasó bastante cerca, una entra de Mena por la izquierda que terminó con un tiro por poco desviado y un cabezazo de Sánchez, que terminó siendo muy débil cuando la opción era inmejorable.
De ahí vino un bajón físico importante en los chilenos –que hoy vistieron de blanco- lo que permitió a los locales recuperarse y tomar por algunos minutos el control. Pero el nivel de los guaraníes no es el de los mejores, por lo que sus arrimos al área chilena carecieron de claridad y por lo general terminaron con ollazos que fueron fácilmente controlados por la defensa nacional.
Así, el primer tiempo parecía que terminaría su existencia con un frío empate a cero, cuando a los 40 minutos un pelotazo largo por el sector izquierdo parecía que se perdía por la última línea, pero Vidal no quiso que fuera así y cambió todo el destino, corrió y se exigió al máximo para evitar que la bola traspasara la última línea y lo logró, tras lo que sacó un centro recepcionado por Díaz que rápidamente abrió a la izquierda para que a la entrada del área apareciera Vargas y el ex delantero de la “U” ni siquiera la pensó para pegarle con el alma y sacar un tiro hermosísimo que se coló en el ángulo izquierdo de la meta local. Fue un golazo que desató la locura que seguramente siguió hasta los camarines en el entretiempo.
CON JERARQUÍA Y PERSONALIDAD
EN el segundo tiempo el libreto no cambió. Paraguay amagó con algún tipo de reacción en los primeros minutos, pero realmente hoy no estaban para dar alguna sorpresa.
Chile bien parado atrás no tuvo problema para frenar los tibios embates del local y con eso no Claudio Bravo no pasó mayores zozobras. Lo bueno, es que si bien los nacionales comenzaron la segunda etapa en una actitud más defensiva no pasaron muchos minutos para que el equipo chileno nuevamente se hiciera con el protagonismo del juego.
Había que aprovechar y matar lo antes posible al rival, pero sin desesperarse y eso lo entendieron a la perfección. Chile mantuvo su juego pulcro y asociándose con balón dominado, el ismo expediente que le permitió a los 55 minutos alcanzar el 2 a 0, tras una gran jugada de Arturo Vidal que hizo una pared perfecta con Alexis Sánchez para definir con un puntazo ante la salida de Villar. Otro golazo y un pago en parte de la deuda que tenía Vidal con la Selección chilena y que de paso redondeó una gran jornada del volante de la Juventus.
De ahí, Chile manejó a su antojo el partido sin pasar mayores problemas, hasta que a los 88 minutos comenzó el sufrimiento cuando Marco González, que había tenido un partido impecable cometió su único y grave error al dar un mal pase en la salida el que fue interceptado por Roque Santa Cruz y el delantero no desaprovechó el regalo y anotó el descuento con un violento tiro cruzado que Bravo no fue capaz de detener.
Y a sufrir de nuevo, como siempre ha sido, más encima dieron 3 minutos de descuentos los que fueron aprovechado al máximo por Paraguay que se fue con todo arriba y casi lo tuvo en la última jugada tras un córner que cabeceó Santa Cruz, pero afortunadamente su tiro fue muy recto y directo a las manos de Bravo que con seguridad embolsó la bola.
Pitazo final y tres puntos históricos que nos dejan muy cerca de conseguir la ansiada clasificación al Mundial de Brasil. Ahora, ante Bolivia hay que ratificar este buen momento y asegurar aún más el paso firme que de seguro así nos llevará a la cita planetaria.
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