Era el día esperado. Llamado por el «Bichi» Claudio Borghi, Juan Román Riquelme regresaba a Argentinos , el club dónde hizo sus inferiores pero no llegó a debutar. En Boca hizo historia y se convirtió en el máximo ídolo. De vuelta en el club que lo vio nacer, Román dejó su clase: gol y triunfo de Argentinos ante Boca Unidos.
BUENOS AIRES.- Le costaba al equipo de Borghi entrar en ritmo. Ni Riquelme, ni Ledesma o Zapata, caras nuevas, podían frenar los avances de Boca Unidos. Gabbarini, otro que hacía su presentación, había salvado en varias oportunidades el arco del local. Raymonda, el mejor del visitante, tuvo en sus pies las dos más claras para el equipo de Corrientes, pero no pudo definir.
Los ojos estaban puestos en Riquelme, pero no podía entrar en juego. Le costó el primer tiempo, incluso tuvo un cruce con el técnico de Boca Unidos quien se quejó de un golpe de Román a un jugador, pero el fútbol no aparecía. En el segundo tiempo mostró su clase: se hizo dueño del equipo, asistió a sus compañeros, marcó el gol y hasta mostró algunos de sus lujos.
El gol. Córner para el rival, salida rápida y pelota en sus pies. Tirado por la izquierda, como en el último tiempo en Boca cuando el físico no le permitía hacerlo de otra manera, la pelota en los pies y el arco en su cabeza. Pateó desde el borde del área, el arquero colaboró, y el Diego Maradona explotó. Gol y ovación para Román.
Con el resultado a favor, todo fue Riquelme. Estuvo siempre en contacto con la pelota y se ganó los aplausos cuando juntó a varios rivales cerca del córner y resolvió con un taco. Un lujo para los miles de hinchas.
Argentinos debutó con el pie derecho. Triunfo como local, gol de Riquelme y a pensar en el largo camino para llegar a Primera. Borghi sabe que el equipo deberá mejorar, pero el debut fue el esperado.
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