Un mal arbitraje de Osorio, sin duda. Pero no puede decirse que condiciona el resultado, porque sus errores no pasaron por el cobro de un penal inexistente o un gol mal anulado. Pero si determina el desarrollo del partido, por al no expulsar, inexplicablemente, a Vilches le permitió a Colo Colo terminar con dotación completa, En circunstancia que debiera haber jugado durante una hora, al menos, con diez hombres en cancha.
por Gerardo Ayala Pizarro
SANTIAGO.- No puedo coincidir con los que dicen que Jorge Osorio influyó en el resultado del Superclásico. Porque creo que no fue así.
Pero sí estoy plenamente de acuerdo con los que señalan que el árbitro del partido fue determinante en el desarrollo del encuentro.
Porque Jorge Osorio debió haber expulsado a Cristián Vilches en ese entrevero con Patricio Rubio. Era amarilla para el «Pato» por el foul y roja para el Kili por la agresión, con un cabezazo como respuesta.
Si Osorio hubiera aplicado el reglamento dejaba a Colo Colo con diez jugadores y con una hora de partido por delante, lo que obviamente hubiera llevado a una serie de cambios que hubieran modificado la estructura de los albos.
Lo más probable es que Delgado o Flores tendrían que haber salido para permitir el ingreso de un central que acompañara a Barroso. El Seba Toro o Claudio Maldonado habrían sido los candidatos a entrar a la cancha.
Decir que el partido en esas condiciones seguramente había sido diferente, no es una utopía. Pero, sigue siendo parte de lo que pudo ser.
Comentemos ahora lo que realmente fue, ya dejando consignado el grave error referil.
Hasta esa altura, el partido era parejo. Como lo fue en líneas generales el primer tiempo. Dominio alternado de uno y otro equipo, pero siempre quedando latente la sensación que era Colo Colo el que pretendía ir por más.
No me parece que Lasarte se haya equivocado en la conformación del equipo, como asegura la gran mayoría. Creo que la equivocación de «U» estuvo en la actitud con la que enfoca el encuentro, que no es lo mismo.
Porque el uruguayo Guzmán Pereira – que es el mayoritariamente cuestionado- cumplió bien en la función en la que le encomendaron, ya que mientras estuvieron once contra once en cancha, Vecchio no pudo ser el eje en el que nacen habitualmente los ataques del cuadro popular.
Y como Martínez tenía bien controlado también a «Pajarito» Valdés, Colo Colo no tenía claridad para llegar hasta el arco de Herrera.
De hecho, en el primer tiempo, hubo sólo dos ocasiones claras de gol para el local: la gran jugada de Fierro que resuelve bien el achique del meta y el cabezazo de Paredes que se fue junto a un poste. Poco para un equipo que acostumbra a producir mucho más como local.
En eso, Universidad de Chile sacó adelante la tarea, pero donde estuvo muy mal fue en lo que produjo de medio campo hacia arriba. Porue fue demasiado pobre.
De hecho, la única llegada con peligro real fue un tiro libre de Canales que contuvo Villar despejando al córner. Nada más que eso.
Pobrísimo balance para el ataque más goleador del campeonato, que perdió en todos los mano a mano con los aplicados defensores albos. Bien Vilches y especialmente Barroso para tomar alternadamente al propio Canales y muy aplicados Fierro y Beausejour para neutralizar los desbordes y diagonales de Rubio y Ubilla.
El problema es que la «U» se resignó tempranamente a esa situación, sus delanteros se entregaron a la marca y Fernández flotó intrascendente en el sector medio.
Resumiendo, de medio campo hacia arriba, la actuación individual de los jugadores de Universidad de Chile no da para ningún aprobado. Por el contrario, la nota en rojo es para todos. Por fútbol, entrega y actitud.
UN SEGUNDO TIEMPO A TODO COLO COLO
Héctor Tapia – que por el contrario aprobó este examen con honores- leyó muy bien el curso que estaba tomando el partido y si bien mantuvo a los mismos hombres en cancha, decidió adelantar sus líneas e ir a buscar decididamente el triunfo.
Se notó esta disposición en el protagonismo que tomaron Fierro y Beausejour en el segundo tiempo. Convencido que los delanteros que tenían a su cargo, esta tarde no daban para preocuparse tanto, ambos comenzaron a incursionar en funciones ofensivas. Y eso es lo que los laterales albos saben hacer mejor.
Tanto es así que de sus pies nacieron los dos goles de Colo Colo. En el primero es Fierro quien habilita a Flores para que meta el centro que encontró al que siempre está presente en los clásicos: Esteban Paredes.
Y en el segundo, es el propio Beausejour el que culmina una maniobra con Delgado, gambeteando incluso a Herrera para convertir con el arco desaguarnecido . ¿Estaba adelantado el moreno al recibir el pase que lo dejó frente al arquero? Pareciera que si, levemente, pero adelantado.
En medio de ambos goles habían sido expulsados inobjetablemente Pepe Rojas y Osvaldo González, poniendo la guinda de la torta para una tarde negra que los hinchas de Universidad de Chile no van a querer recordar.
Especialmente, porque en sus oídos aún resuenan esos «olé» del final del partido, que fueron el marco preciso para un paternalismo que se extiende por 14 años. Y que definitivamente ya está impregnado, para bien o para mal, en las camisetas de ambos equipos.
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