El ingreso de Lizio fue fundamental para que O´Higgins pasara del 0-1 a ganar por 2-1. Y la entrada de Llanos, con su habitual olfato goleador, le permitió a U. Católica empatar y llevarse un punto valioso a Santiago
por Gerardo Ayala Pizarro
RANCAGUA.- Lo primero, aclarar que la llave queda absolutamente abierta y que ninguno sacó ventaja, pues en la liguilla (en forma absurda, por lo demás) no se valorizan al doble los goles anotados como visitante. Por lo mismo, Universidad Católica puede irse con la satisfacción de no haber perdido y tener la posibilidad de definirlo como local, pero la revancha del próximo jueves comienza 0-0 y hay que ganarlo en cancha.
Es justo, por lo demás.
Porque ninguno de los mereció perder esta tarde en Rancagua. O mejor dicho, ninguno mereció ganarlo.
Lo aclaramos para quien vio solamente los últimos diez minutos y se fue con la sensación que este fue un partidazo.
Y no fue así, porque los 80 minutos restantes fueron pobrísimos.
Tal vez porque U. Católica aprendió la lesión y seguramente le dolió muchísimo ese 3-3 con Iquique, que le costó el campeonato, hoy fue un equipo «resultadista».
Y está bien, a esta altura eso no puede ser criticado. Porque los cruzados se juegan la última carta para tener al menos un premio de consuelo para un equipo que lo tuvo todo para ser campeón.
Por lo mismo, cuando Muñoz aprovecho un grueso error de la defensa celeste y puso el 1-0, de ahí en más Católica decidió cerrar tempranamente el partido.
Atención con eso del grueso error defensivo, porque fue una tónica que se presentó en los cuatro goles. Concretamente, en la apertura de la cuenta, hubo dos jugadores de O´Higgins que pudieron despejar la pelota y la perdieron en el costado izquierdo de la cancha. Lo aprovechó Rojas y metió un centro que llegó fácil para que rechazara Vargas. Sin embargo, el defensor celeste quiso parar la pelota, se le escapó en el control y se la dejó servida a Gutiérrez, habilitación precisa para Ribery y el gol de Católica.
Como consecuencia de la forma como se presentó el partido, casi la totalidad del primer tiempo le perteneció a O´Higgins, que pudo empatarlo en un remate de Pinto que pasó cerca del segundo palo y en un tiro libre de López que rebotó en el travesaño, aparte de lo seguro que se mostró Costanzo en los tiros de distancia.
U. Católica, prácticamente no llegó en el resto de esa etapa, pero cerca del final pudo ponerse 0-2, ya que Diego Rojas se filtró por la izquierda y Leal lo desequilibró tomándolo del hombro. Pudo cobrarse penal.
Tal vez esa jugada, sobre el final, hizo que los cruzados entraran con otra mentalidad en el segundo tiempo y pudieron asegurar perfectamente el partido, porque Carranza tapó pelotas dificilísimas (especialmente, una de Rojas y otra de Muñoz, abajo) y cuando él no pudo, apareció el vertical para devolver un tremendo remate del «Pájaro» Gutiérrez.
Reaccionó O´Higgins pero sin claridad, hasta que en el minuto 80´, «Vitamina» Sánchez decidió el ingreso de Damián Lizio y ese cambio fue fundamental, porque el recién ingresado se adueñó de la pelota, puso fútbol donde no lo había y estuvo presente en los dos goles de O´Higgins, que llegaron separados por muy pocos minutos.
En el empate 1-1, Lizio tuvo toda la comodidad del mundo para filtrarse por la derecha y meter un centro al área, que perfectamente pudo haber sido despejado por Mañasco, que había cerrado marcando a Calandria. Sin embargo, el lateral de U.Católica jamás se preocupó de la pelota, sólo de su hombre y tanto es así que lo perdió en el momento menos oportuno, porque el ariete argentino sólo tuvo que puntear el balón para derrotar a Costanzo.
Y el segundo gol fue aún más reprochable para la defensa de Católica, puesto que el argentino nacionalizado boliviano se filtró entre tres defensores y aún así logró meterse al área con pelota dominada. Cuando enfrentaba a Costanzo, Viskupovic lo derribó desde atrás. Claro penal, que debió ser además tarjeta roja para el defensor cruzado, pero Polic le perdonó la vida. (en parte solamente, ya que la tarjeta amarilla también lo deja, por acumulación, al margen del partido de vuelta).
El que no perdonó fue Calandria, que engaño por completo al arquero y puso el 2-1 que parecía lapidario.
No fue así, porque esta vez quien acertó en el cambio fue Salas, al hacer ingresar a Llanos. Si promediamos goles convertidos con minutos jugadores, seguramente el ex delantero de Huachipato sería el goleador del campeonato y lo ratificó al aprovechar la primera que tuvo: pelotazo largo del «Chiqui» Cordero, control y remate violento del recién ingresado ariete estudiantil para superar la que esta vez fue débil resistencia de Carranza.
¿Dónde estaba la defensa de O´Higgins? Simplemente, haciendo méritos para empatar en cuanto a errores cometidos con sus colegas de la Católica y dejar la mesa servida para una revancha en igualdad de condiciones en San Carlos de Apoquindo.
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