La pesadilla de las semifinales volvió a apoderarse del Bernabéu. La de ayer fue una caída dolorosa, y hace más daño porque aún no se han cerrado algunas heridas. Con el paréntesis de la Décima, que no es poco, parecía que la herida había cicatrizado, pero el Bernabéu ha dejado de ser talismán en los últimos años.
Además, el Bernabéu ha dejado de ser talismán de remontadas para ser una losa. Y eso que hace bien poco lograron dejar en la cuneta al Atlético, pero eran los cuartos y después del empate a cero de la ida. En la antesala de las finales, la cosa es muy distinta.
Duele mucho la derrota de ayer porque no es la primera vez que los blancos no pueden remontar ante su gente. En la primera semifinal, al Madrid le toco jugar la ida ante su afición. 0-2 de los azulgrana que dejaron casi sentenciado el pase a la final en aquella polémica expulsión de Pepe.
A la siguiente temporada, el Madrid jugaría la vuelta en casa con el Bayern. Los blancos caían 2-1 en el Allianz Arena. El segundo asalto empezaba bien, como ayer frente a la Juve, y los blancos hacían dos goles para encarrilar el pase a la final. Pero los alemanes igualaron la eliminatoria y el equipo de Mou cayó en la tanda de penaltis.
En la tercera semifinal de Mou, también tocaba remontada en casa. El Borussia Dortmund había pasado por encima de los blancos (4-1), y lo cierto es que el Bernabéu parecía que por fin iba a vivir una noche mágica. El Madrid se quedó a un gol de pasar a la final. El 2-0 no fue suficiente.
El Bernabéu se ha convertido más en una pesadilla. Duele lo de ayer porque tan solo hace unos días el Valencia también empataba en Chamartín y dejaba al actual campeón de Europa sin opciones en la Liga.
También esta misma temporada a los de Ancelotti les tocaba remontar contra el Atlético. Primero en la Supercopa, donde en la ida no fueron capaces de ganar a su rival (1-1) y cayeron en la vuelta en el Calderón (1-0).
Después, llegó el cruce de Copa del Rey. Tocaba una proeza en el Bernabéu tras el 2-0 de la ida. Tampoco pudo ser. Torres acabó con las ilusiones de la grada de Chamartín con un gol en el primer minuto de cada tiempo. Ramos intentó remontar con un gol y luego empató por segunda vez Cristiano, pero no había ya fuerzas para más.
El Bernabéu, pese a las últimas decepciones, creyó como siempre y empujó a su equipo sin parar en busca de la final de Berlín. Los blancos no necesitaban tampoco un milagro. El gol de Cristiano ya les había metido en la final contra el Barcelona, pero esta vez fue la Juve quien aguó la fiesta. La Vechia Signora ya dejó fuera de la Champions a los blancos en las dos ocasiones anteriores que se vieron las caras (2002-2003 y 2003-2004).
/Marca de España
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