Si San Marcos hubiera goleado por 6-0 a U.Católica, a nadie debería haberle extrañado por la superioridad mostrada en la cancha y por las ocasiones de gol que desperdiciaron los ariqueños. Y sobre el final llegó el descuento de Llanos que dejó una inmerecida diferencia estrecha y con posibilidades ciertas para los cruzados de poder darlo vuelta
por Gerardo Ayala Pizarro
ARICA.- Que la Católica es el equipo más predecible del fútbol chileno, no puede caberle duda a nadie. Porque los dirigidos de Mario Salas sólo juegan de una forma: atacando, presionando, tratando de imponer un ritmo desenfrenado que la mayoría de las veces – hay que reconocerlo- le da resultados. Porque ahoga y somete al rival.
Sin embargo, cuando al frente hay un técnico inteligente y más equilibrado, como Fernando Vergara, por ejemplo, esa forma de jugar puede ser contrarrestada y por ende, los problemas , en ese caso, se tornan insolubles para U. Católica.
Fue lo que pasó en gran parte del partido en el Carlos Dittborn, donde el planteamiento de San Carlos, ideado en el camarín por Vergara y plasmado en la cancha en forma perfecta por sus jugadores.
En el fondo, por ejemplo, Meza y Oyarzún siempre se las arreglaron para impedir que el «Pájaro» Gutiérrez se diera vuelta, cuando recibe la pelota de espaldas y pudiera generar jugadas de peligro para el arco de Lobos. Una sola vez pudo hacerlo el ariete cruzado y su remate fue bien contenido por el meta ariqueño.
Bien apoyados por el trabajo que desarrollaron Coronado y Jopia, cerrando los costados, San Marcos ratificó porque su defensa fue la menos batida del campeonato, ya que aparte de aquel remate que mencionábamos de Gutiérrez, sólo pueden contabilizarse como llegadas de peligro al arco de Lobos, un remate desviado de Pulgar y el gol que convirtió Llanos en los descuentos.
En cambio, al otro lado, Costanzo retiró la pelota tres veces desde el fondo de su arco y evitó por lo menos otros tres, sin contar los goles que se perdieron – casi sin oposición al frente- los jugadores ariqueños.
Precisemos que esa superioridad del local nació en el excelente trabajo que realizaron Rivera y Sandoval, que estuvieron impecables en el corte y un inspiradísimo Renato González en la salida. ¡Que bueno es este zurdo, un jugadorazo¡
Y su tocayo, el otro Gonzalez (el «Mota») no le fue en zaga en esto de hacer un trabajo extraordinario por la punta derecha. Si a ellos dos les agregamos a Harbotle por la izquierda y la presencia goleada de Ramos por el centro, tenemos al menos a cinco o seis jugadores de San Marcos peleando con armas más que legítimas a la designación como la figura del partido.
Si a ese tremendo rendimiento individual y colectivo de San Marcos le agregamos lo mal que anduvo Católica en todas sus líneas e incluido la planificación de Mario Salas, partiendo incluso en la conformación del equipo.
Porque nadie entiende porque quedó afuera Viskupovic, un jugador que le da la solidez aérea una defensa, que sufrió dos goles por la vía de cabezazos directos y un tercero, tras otro centro aéreo que pivoteó con toda comodidad Jopia y definió Ramos con una media vuelta en el punto penal.
A propósito de los dos primeros goles: es posible que a un equipo que estuvo peleando el título le hagan dos goles exactamente iguales, como fueron los dos primeros de San Marcos. Córner desde la izquierda de Renato González, pelota que se va abriendo e impide la salida de Costanzo y cabezazo sin marca, primero Ramos y después de Oyarzún para mandar la pelota adentro del arco.
¿Es que no se trabaja la pelota detenida en San Carlos, porque toda la preocupación es por atacar, atacar y atacar?
Grave deficiencia y que abre un tremendo manto de duda respecto a la forma como se reiteran y no se corrigen las fallas defensivas de U.Católica.
Ahora, por suerte para Mario Salas, tiene en el plantel a un jugador como Llanos que entró y le empató el partido en Rancagua y que ahora anotó un descuento que no se veía por donde podía llegar, en Arica.
Y con ese gol el marcador quedó definitivamente en un 3-1, que reiteramos es demasiado mentiroso para lo que pasó en la cancha. Pero, bueno, ahí está el resultado, con una diferencia de sólo dos goles para el partido de vuelta y con la llave todavía absolutamente abierta.
FICHA TÉCNICA
Hora: 16:00
Estadio: Carlos Dittborn
Árbitro: Claudio Puga
San Marcos de Arica (3): Eduardo Lobos; Miguel Coronado, Diego Oyarzún, Fernando Meza (84’ Washington Torres), Claudio Jopia; Sebastián Rivera, Gabriel Sandoval; Renato González; Pablo González, Leonardo Ramos (80’ Nicolás Medina), Kevin Harbottle (88’ Santiago Dittborn). DT: Fernando Vergara.
Universidad Católica (1): Franco Costanzo; Stefano Magnasco, Guillermo Maripán, Walter Ibañez, Fernando Cordero; Claudio Sepúlveda (46’ Fabián Manzano), Erick Pulgar; Diego Rojas (46’ David Llanos); Michael Ríos, Roberto Gutiérrez, José Luis Muñoz (56’ Jeisson Vargas). DT: Mario Salas.
Goles: 1-0, 14’ Leonardo Ramos; 2-0, 39’ Diego Oyarzún; 3-0, 49’ Leonardo Ramos; 3-1, 90’ 1’ David Llanos.
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