El brasileño Sandro Ricci era el encargado de impartir justicia en el duelo entre los dirigidos de Jorge Sampaoli y el conjunto charrúa. El carioca no tuvo suficiente personalidad para manejar el partido y varias agresiones quedaron sin la sanción correspondiente.
Complicado partido el que le tocó dirigir al brasileño Sandro Ricci. Chilenos y uruguayos entraron a la cancha con las revoluciones a mil y el juego brusco se transformó en la tónica de un partido que terminó con dos celestes en las duchas antes de tiempo.
Jugadas polémicas hay varias a lo largo del partido. En primer lugar está un choque entre Arturo Vidal y Egidio Arévalo Ríos donde el jugador chileno sacó la peor parte, el árbitro carioca por lo menos debió haber amonestado al hombre del Tigres.
La segunda polémica vendría en el complemento con una pugna entre Gonzalo Jara y Edison Cavani. El chileno comenzó a hostigar al delantero charrúa, incluso introduciéndole el dedo en el trasero, lo que provocó que el atacante agrediera al hombre formado en Huachipato. El brasileño solo observó la agresión de Cavani y lo expulsó, sin embargo ambos debieran haber visto la cartulina roja.
De ahí en adelante el partido se puso más violento aun, las agresiones sobre Alexis y Valdivia se hicieron constantes cada vez que tomaron la pelota. Falto mano dura por parte de Ricci.
Cuando el partido ya terminaba Fucile le entró con fuerza desmedida a Alexis Sánchez lo que generó la segunda amarilla y su posterior expulsión. Aquí se formó una bataola enorme donde perfectamente pudieron haberse ido expulsados Muslera, Godin y Gimenez por agredir al juez asistente.
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