Las horas posteriores al partido entre Chile y Colombia han sido tormentosas para la Asociación Nacional de Fútbol Profesional. La «licencia médica» presentada por Sergio Jadue y la visita que realizó la Policía de Investigaciones (PDI) a la sede de la ANFP en Quilín, han puesto en duda la transparencia del organismo y, además, la continuidad de Jorge Sampaoli al mando de la Selección Chilena.
SANTIAGO.- Hay ocasiones en que la realidad supera a la ficción y, en el fútbol, existen una serie de casos que escapan a la normalidad del hincha y la comunidad en general. Pasa en las películas, pasa en la vida.
Pero lo que ayer sucedió, luego del pitazo final del encuentro por las Clasificatorias, es Realismo Mágico. Aquel género literario que caracteriza tan bien Gabriel García Márquez y que refleja en su libro «Cien Años de Soledad», la idiosincrasia latinoamericana en la que estamos inmersos todos los que vivimos en este particular continente.
Sergio Jadue volvió a Chile horas antes del duelo entre La Roja y los cafeteros, negando los rumores que hablaban de una posible renuncia a su puesto en la ANFP, pero las dudas continuaban en el aire y la Mesa Directiva se reunió con el dirigente calerano en las oficinas en Quilín.
Según dirigentes del fútbol chileno, Jadue está pasando por un problema muy grave de salud, específicamente, estrés y depresión. Esta condición del Presidente se debe, al parecer, por las investigaciones que lleva a cabo el FBI a distintas federaciones de fútbol, tras el escándalo que se desató en la FIFA, previo a las elecciones presidenciales del ente rector del fútbol mundial.
Ante estos problemas de salud que vive Sergio Jadue, este habría presentado una licencia médica de treinta días al directorio para ausentarse de sus labores por el tiempo mencionado.
Esto confirmaría que no continuaría como Presidente de la ANFP y, según consultas que realizó el diario El Mercurio, varios dirigentes habrían comentado que Jadue no volverá al sillón y que se deberá llamar a elecciones.
Pero las investigaciones seguían y esta mañana funcionarios de la PDI visitaron las dependencias de la Asociación de Fútbol, alrededor de las 10 de la mañana, para notificar a cuatros dirigentes para que presten declaraciones en el caso del pago de sueldos en la Corporación.
Estos dirigentes son Sergio Jadue (Presidente), Antonio Martínez (Segundo Vicepresidente), Nibaldo Jaque (Secretario General) y Jorge Fistonic (Tesorero), quienes deberán asistir a la Fiscalía de Peñalolén.
Este nuevo flanco se abrió el 10 de septiembre de este año, luego de que el área jurídica del Ministerio de Justicia enviara los antecedentes, debido a que los miembros de la Mesa Directiva se auto-asignaran goce de sueldos, pero en una Corporación, como es el caso de la ANFP, los integrantes de la dirigencia no pueden recibir una remuneración.
Desde la ANFP respondieron con un comunicado en su página web y señalaron que nada de lo sucedido hoy en Quilín fue extraño para los dirigentes, ya que ellos sabían de la investigación que se llevaba a cabo.
La pelota vuelve a mancharse. Los dineros y el poder se conjugaron entre cuatro paredes y los involucrados vuelven a ensuciar el deporte más hermoso del mundo. Las consecuencias de esta investigación se verán cuando todos los antecedentes sean recabados por el FBI, aunque todavía no se sabe qué más podría pasar en esta teleserie extra-futbolística. La caída de Luis Bedoya (Presidente Federación Colombiana de Fútbol) y de Sergio Jadue (ANFP), en menos de una semana, son la muestra clara de que aún falta por ver.
Por el momento, el fútbol chileno se tiñó de negro y la salida de este oscuro túnel se ve lejana. La Selección Chilena, a días de enfrentar a Uruguay, en un duelo clave en Montevideo, también ve afectada su realidad, tras la conferencia de prensa de Jorge Sampaoli, donde señaló que «No tengo conocimiento de eso, es difícil comentar de una situación que nadie me informó, cuando lo hagan con el detalle seré prudente de la medida que voy a tomar como entrenador».
Es de esperar que lo sucedido durante estas últimas 24 horas no afecte, en absoluto, al equipo de todos y, de esta forma, puedan enfrentar con entereza los desafíos que se aproximan en Montevideo.
Aquellos que resulten responsables de estos actos deberán pagar, y muy caro, ya que han metido los emblemas del fútbol chileno al fondo del barro y, como dijo Ricardo Abumohor en contacto con radio ADN «Es hora de parar la chacota». Hay que sacar la ropa sucia y lavarla, pero esta vez, lavarla como corresponde.
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