Escribo esta columna con un dolor inmenso, con rabia y con ganas de patear la perra. Y lo peor es que la impotencia es grande al ver como los poderosos políticos han hecho el loco más grande con su famoso Estadio Seguro. Hoy perdimos…y por goleada.
Columna de Christian Ayala Rojas
Director de Todofutbol.cl
Parto diciendo que soy colocolino desde que tengo uso de razón. Y no me importa decirlo, es más todos los que me conocen saben perfectamente que soy un gran fanático albo y que no tengo problemas con celebrar sus goles, sus títulos y vibrar con su historia enorme. Pero sé también que el hincha debe llegar hasta que me convierto en periodista, porque creo en la objetividad y en la capacidad de poder hacer un análisis justo y certero. Si no, de verdad, prefiriría dedicarme a otra cosa.
¿Y saben porqué terminé siendo hincha colocolino? por mi abuelo, que sagradamente iba todos los fines de semanas junto a mi papá a ver al Chamaco Valdés y a toda esa tropa de cracks que en esos años deleitaban a los amantes del fútbol. Después con los años, cuando ya estaba postrado en su cama yo lo acompañaba a ver los partidos por televisión, aunque él ya poco cachaba a esa altura y seguía prefiriendo escuchar los relatos del juego en un viejo transitor marca National.
Mientras, con mi papá seguíamos con la tradición de ir al estadio todos los fines de semana. Y ojo que no sólo a ver al Colo, sino que iba feliz a ver a la «U» o a Cobreloa cuando venía a Santiago, o a Unión en esa maravillosa cancha que es Santa Laura. Es que si bien yo soy hincha de un club, en verdad lo que uno ama es al deporte, al fútbol, al ambiente que se provocaba, a la alegría y a las penas, las emociones, los triunfos, el pan con mechada del Santa Laura, el tipo que rifaba pelotas en la galería, el estacionador de autos que llevaba tantos años en el sector que siempre te tenía reservado un espacio. ¿Saben qué me gustaba mucho también? el tipo que vendía banderines y revistas «Estadio» fuera del Santa Laura. De verdad, ir al estadio para mí era lejos el mejor panorama y aguardaba con ansias que llegara el partido de domingo.
Hoy ya no voy al estadio. Y mi hijo menor es hincha de la UC -haciendo alianza con su madre-, porque nunca lo pude maravillar con lo qué significa Colo Colo, no logré que sintiera que es su historia, o que viera esa magia que rodea al fútbol. Y eso que lo llevé varias veces al estadio, pero él, mucho más inteligente que yo, entendió que ahora el fútbol es sólo una excusa para que los grandes empresarios dueños de clubes sigan llenándose sus gordas billeteras a costa de ilusos que aún creen que son parte de un Club Deportivo. La magia del fútbol la mataron hace mucho tiempo y hoy en Playa Ancha terminaron por sepultarla.
El otro día pasé al Quitapenas por casualidad. Venía por Recoleta desde el Salto y como era hora de almorzar se me ocurrió pasar ahí porque no lo conocía. Me imaginé a David Arellano ahí sentado (aunque en ese tiempo el Quitapenas estaba ubicado un poco más allá en la calle el Panteón, pero para el juego de la imaginación todo era válido) o a Lucho Contreras el que propuso el nombre de Colo Colo, o a Juan Quiñones que definió los colores de la indumentaria. El blanco de la camiseta era por la pureza de los ideales y los pantalones negro como señal de seriedad. ¿Se imaginan como deben estar esos pobres cristianos hoy revolcándose en sus sagradas tumbas?
Lo que sucedió hoy en Playa Ancha fue el punto final a una escalada de lumpen que se ha apropiado de los estadios, de los espectáculos, del fútbol, de los equipos y hasta de los jugadores y dirigentes. Lo de hoy es el corolario que demuestra con creces que el famoso Plan Estadio Seguro es uno más de las burradas que hacen nuestros Gobiernos y políticos, que les encanta aparecer y ser famosos, pero a costa de la seguridad de la gente honrada de este pueblo. Es qué de verdad ¿alguien me puede explicar a quién cresta se les ocurrió como gran medida de seguridad sacar a los Carabineros de los estadios? ¡brillante!
¿Saben lo peor? Que hoy todos se van a horrorizar, los clubes se echarán la culpa entre ellos, el Gobierno le echará la culpa a la seguridad local, los comentaristas del fútbol en los canales hablarán golpeados y pedirán las penas del infierno y al final…no pasará absolutamente nada…porque la verdad es que a nadie le importa, al menos a los grandes peces que manejan el cuento. Mientras les siga entrando plata por televisión, esto hasta es buen negocio, porque ud como yo amigo mío ya no vamos al estadio pero lo vemos igual por TV…¡negocio redondo para el CDF!
Hoy Colo Colo es campeón, una estrella más la 31 …y por primera vez en mi vida es algo que no me importa.
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS