El elenco de la «Franja» después de seis años de frustraciones y sin saber de campeonatos, logró romper el maleficio en su estadio y con su gente.
Por Sebastián Alonso M.
smino@todofutbol.cl
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SANTIAGO.- San Carlos de Apoquindo era el escenario propicio en el que la UC pretendía coronarse como el monarca del fútbol chileno. Y de la mano de su hijo pródigo, José Pedro Fuenzalida, se hizo con la corona.
Un partido con amplias emociones y que partió con muchas complicaciones para el local, que se vio en desventaja desde el primer tiempo, cuando Diego Vallejos puso la apertura del marcador a los 15′ minutos de la primera mitad.
No obstante, Católica ya no quería saber más de segundos lugares y acabar con el estigma y derribar los fantasmas de tantas definiciones, y así fue.
David Llanos desató la euforia cruzada a los 70`con un disparo arrastrado imbarajable para el joven portero Muñoz. De ahí en más, la UC se volcó hacia el pórtico «Tano» a sabiendas de lo que acontecía en Rancagua.
La algarabía fue total cuando el «retornado» José Pedro «Chapita» Fuenzalida, desvió un centro de Llanos para descolocar al meta audino y dar vuelta el resultado y darle la estrella 11 a Universidad Católica.
Un título que estuvieron esperando por muchos años los hinchas de la «Franja», que año tras año, campeonato tras campeonato veían como se les quemaba el pan en la puerta del horno. Sin embargo, en esta ocasión la historia fue distinta, y por fin volvieron a gritar campeón.
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