Pese al actual momento del club y a los resultados que hoy lo tienen en la décima tercera posición de la tabla, Azul-Azul ratificó al técnico argentino en su puesto.
SANTIAGO.- Tercera fecha del Apertura y Universidad de Chile apenas sacó un punto frente a Deportes Antofagasta en el Estadio Nacional. Los hinchas salen enfurecidos del recinto y la mayoría de los dardos apuntan a Sebastián Beccacece. El equipo que mejor se reforzó en el campeonato solo ha logrado un punto de seis posibles y eso está colmando la paciencia de los fanáticos. Esto sumado a que de 19 encuentros oficiales solo registran tres victorias.
Con un Carlos Heller enojado saliendo del coloso y sin querer dar declaraciones, se citó a una reunión de directorio para mitad de semana. Los medios comenzaron a especular que sería una evaluación sobre el rendimiento del ex ayudante técnico de Jorge Sampaoli. Que se le daría un ultimátum, pero finalmente no fue así. Beccacece fue ratificado en su puesto hasta nuevo aviso.
Dentro de los asistentes a la reunión estuvo Pablo Silva, director ejecutivo de Azul-Azul, que habló también el lunes para respaldar al técnico laico y que, nuevamente, tras la junta de mandamases, ratifica la decisión de mantenerlo al cargo del plantel. «Sebastián Beccacece es nuestro entrenador, la reunión fue una reunión de directorio, donde se evaluaron diferentes temas, entre otros sin duda el rendimiento deportivo del club».
Con respecto a las condiciones que se impondrán, Silva descartó que el partido frente a San Luis de Quillota este fin de semana sea clave para decidir el futuro del estratega, recalcando tajantemente que «Universidad de Chile cumple los contratos y lo vamos a evaluar cuando corresponda».
El contrato protector
Más de US$5 millones gastó la dirigencia del club en refuerzos para esta nueva temporada, por lo que no está en los planes seguir gastar más dinero como lo puede ser el despido del técnico. De no respetarse el contrato de Sebastián Beccacece, el cual finaliza en junio del 2018, la concesionaria debe pagarle una cláusula de salida de US$2,3 millones, lo que hoy día sería difícil de pagar.
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