En un partido que tuvo un final vibrante, River Plate venció por 3 a 1 a Boca Juniors y se coronó como campeón de la Copa Libertadores, la cuarta en su historia.
MADRID.- Tenía todo para ser una final inolvidable. Los dos equipos más populares de Argentina y seguramente de toda América Latina por fin se encontraban en una final soñada de la Copa Libertadores. Entremedio pasaron situaciones dignas de un buen libro de Kafka, que terminaron con esta gran final jugándose en Europa, con un escenario majestuoso como es el Santiago Bernabeú de Madrid.
Pero solo faltaba una cosa, que el partido en cancha fuera inolvidable. Y así no más fue, porque el duelo entregó un clásico inolvidable, quizás no por un juego vistoso ni atildado de mucha técnica, pero sí por una entrega descomunal de ambos equipos y un final vibrante que estuvo lleno de emociones.
Además que este partido de seguro marcara un cambio drástico en la historia de la rivalidad entre bosteros y gallinas, no sólo porque en medio estaba en juego la coqueta Copa Libertadores, sino que además a River le quitaron la localía y tuvo que cruzar el Atlántico para jugar el partido de vuelta. Un partido lleno de historia y momentos que le dan un condimento único a un partido que no se borrará jamás.
TUVO DE TODO Y SE HIZO HISTORIA
Y a eso hay que sumarle que ya en el partido, fue Boca el que abrió el marcador y fue producto del mejor juego de los xeneixes que comenzaron mejor y superó por momentos a un River que le costó acostumbrarse.
Fue un golazo el de Boca, y para variar en los pies de Darío Benedetto que aprovechó un pase en profundidad con su velocidad, se sacó con un enganche a Javier Pinola y definió con gran clase ante el achique de Franco Armani. ¡Golazo!.
River no levantó cabeza y el descanso le vino bien, porque en el segundo tiempo salió con otra actitud y fue en busca del empate, aunque no le fue fácil porque Boca le cerró todos los espacios.
Sin embargo, el buen fútbol en conjunto de River le permitió anotar el 1 a 1 a los 64 minutos luego que un buen toque de balón en ofensiva terminó con Lucas Pratto recibiendo el pase final y definiendo de frente ante Andrada que no le quedó más remedio que ir a buscar la pelota al fondo de las mallas.
Con el 1 a 1 terminaron los 90 minutos. Y se vino el alargue, parejo como todo el partido, sin embargo el desequilibrio llegó a los 10 minutos de la primera etapa cuando ya en la segunda parte Wilmar Barríos fue expulsado por doble tarjeta amarilla, en una falta torpe para lo que estaba en juego, porque fue sumamente fuerte a disputar una pelota en el mediocampo sin mayor trascendencia.
Con ese desnivel, River supo sacar ventaja y así llegó al segundo gol en el segundo tiempo del alargue cuando ya todos estaban comenzando a pensar en la definición a penales. Nuevamente apareció el toque de River para que Juan Fernando Quinteros, controlara fuera del área y sacó un remate tremendo que mandó la pelota al fondo. Locura total y un gol que fue decisivo para el título, porque a partir de ahí en los pocos minutos que quedaban, Boca intentó cambiar su suerte, pero no tuvo con qué.
Y para ponerle la guinda a la torta, ya en los descuentos y con todo Boca en zona de River, incluyendo a su arquero Esteban Andrada, vino un contragolpe y un carrerón en solitario de Gonzalo Martínez que terminó por definir el duelo y anotar el 3 a 1 definitivo.
Lindo final para un partido que tuvo mil historias y que seguramente tendrá muchas más. River Campeón, River Campeón, River Campeón.
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