A Carlos Caszely (69) el coronavirus lo remeció. La pandemia tiene al Rey del Metro Cuadrado moviéndose en un espacio apenas un poco más amplio que el que decían que requería para eludir a una defensa rival completa y marcar un gol. De salir de casa, mejor ni pensar. “Llevamos 35 días encerrados con María de los Ángeles (su esposa) y no pensamos salir de acá. No nos falta nada. Y si necesitamos algo, tampoco falta quien nos los pueda traer”, relata respecto de una rutina que, incluso, le ha permitido familiarizarse con la tecnología y hasta reflotar el sentido solidario que aprendió cuando iniciaba su carrera. Esta semana, el máximo goleador de la historia de Colo Colo donó 500 escudos faciales al hospital Sótero del Río y a la Posta Central, un aporte al que le baja el perfil. “Fue algo que se nos ocurrió en los 35 días encerrados con María de Los Ángeles. En TV vimos que estaban complicados. Llamé a amigos médicos. Ese día me puse todos los elementos de protección y llevé un frasco con alcohol para echar en los lugares que podía tocar. Tampoco se pueden correr riesgos”, explica.
¿Le asusta el coronavirus?
Nos tiene a todos aterrados. Nadie se lo esperaba. Más allá del médico, del basurero, de la profesión que sea. Nadie esperaba esto. Esto supera todas las expectativas. Esto es mil veces más fuerte que un terremoto o un tsunami. Hay gente que no se ha dado cuenta de esta cosa que es tan terrible.
Ya tiene 69 años, está en la población de riesgo, ¿toma medidas adicionales?
Lógico. Los viejos estamos más expuestos. Nosotros, los deportistas, siempre hemos sido más sanos para comer. El pasado como deportista ayuda bastante, la vida sana. Estamos encerrados totalmente hace 35 días. Teníamos comida. Y comemos pollo, carne con ensalada. No somos tan sibaritas tampoco.
¿Cómo cree que se ha manejado la crisis en Chile?
No hay ninguna parte en el mundo en que estuvieran preparados para esta pandemia. Ninguna. Es imposible criticar al gobierno de turno por lo que haga porque nadie tiene la receta. Creemos que la gente preparada es la que tiene que tomar medidas.
¿Está de acuerdo con las medidas que se han tomado?
Con algunas sí, con otras no. Es imposible que los niños vuelvan a clases. Tendrían que hacer salas en un gimnasio. ¿Cómo los llevas al colegio? Yo prefiero que se queden en sus casas. La vida siempre está por sobre todo. Una persona muerta no le sirve a la economía. Una viva puede reinventarse.
¿La gente se lo está tomando muy a la ligera?
Yo creo que ahí está la irresponsabilidad de la persona como tal. Podrán salir en avión o helicóptero, pero cargar el virus igual y enfermar al de más allá, que no tiene la culpa. El gallo que sale puede contagiar a cualquiera. Las órdenes, buenas o malas, hay que obedecerlas. Hay que comprar lo necesario y quedarse en casa. Eso es lo que estamos haciendo nosotros.
¿Qué le parece que se hable de retomar paulatinamente la normalidad?
¿Qué normalidad? ¿La de antes, donde viven 10 personas en 20 metros cuadrados? Cuando uno tiene la suerte de vivir tranquilamente tiene que colaborar. La pandemia ha demostrado que somos un país demasiado desigual. El egoísmo es la peor pandemia.
¿Qué siente cuando ve, sobre todo, las imágenes en España, el país que lo cobijó?
Me comunico con amigos y ellos me dicen que es horrible. Muertos, calles vacías. Me dicen que a ustedes no les ha llegado. Nosotros no estamos ni cerca, pero viene el invierno. No sé a qué van a los malls.
Esta semana, Colo Colo cumplió 95 años, ¿lo celebró de alguna forma?
Lo viví con la tristeza de esta encerrado. Tuve una videoconferencia con hinchas. Una de las cosas que aprendí es eso, antes me negaba. Lo mismo con los hijos, con los nietos. Lo más triste es no poder verlos, abrazarlo, jugar con ellos. Arreglar, cuando se van, la cagada que me dejan en la casa.
En La Tercera, un tribunal colocolino eligió el equipo ideal, el 9 es usted.
Estaré eternamente agradecido. Cuando estaba en España, me llamaron para decirme que me habían elegido el mejor de la historia y lloré. Imagina la cantidad de cracks que han pasado. Ya han pasado 35 años desde que me retiré y nunca han dejado de manifestarme su cariño.
¿De qué forma se lo demuestran?
Lo veo desde que salgo de la casa, Donde voy, hay respeto. Y no solo de los hinchas de Colo Colo. También del resto de los clubes.
¿Se siente el jugador más importante de la historia del club?
Yo creo que es más importante David Arellano. Yo soy uno de los importantes vivos. No están Chamaco, Cua Cua, Moreno. Ha habido muchos. Cada uno tiene un mérito y ayudó a construir la historia.
Sinceramente, ¿piensa que Paredes lo puede superar en la lista de goleadores?
Te voy a responder así: Carlos Caszely es un libro cerrado, Paredes puede seguir escribiendo páginas en su historia. Todas las metas son para superarlas.
Esta misma semana, los jugadores de Colo Colo se negaron a un acuerdo para bajarse los salarios, ¿qué le parece?
No sé el detalle. Todos los seres humanos debemos aportar un granito de arena. Yo hubiese aceptado que me bajaran el sueldo en esta situación. Nosotros siempre hicimos muchas campañas. Yo les decía a mis compañeros ‘pongamos luca’ y todos se ponían. Eso nos lo enseñaron Andrés Prieto, Pedro Morales, Hugo Lepe y Mario Moreno.
¿Hace bien el club con la amenaza de aplicar la ley de protección del empleo y suspender los contratos?
La verdad, no estoy al tanto de eso.
¿Se debía llegar a este extremo?
No sé cuál es el extremo. Pero todo ser humano debe ponerse en el lugar del otro y colaborar.
¿Esperaría alguna señal de parte de los jugadores?
Ojalá que lo hagan, que se pongan, dentro de sus posibilidades, que tengan el ánimo de colaborar, quizás con hinchas que no pueden salir de sus casas para comprar sus cosas. El jugador de Colo Colo tiene que involucrarse. Pero antes que por eso, porque son seres humanos. Y todos los seres humanos debemos contribuir a salir de esto.
/Fuente:La Tercera
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