«Me equivoqué muy feo en el gol de Benegas. Salí a destiempo, fallé el manotazo y le dejé el arco libre para que cabeceara e hiciera el gol. Creo que me traicionó en el cálculo la falta de fútbol. Mi último partido fue jugando por Curicó el año pasado y esa inactividad a un arquero le pasa la cuenta. Por suerte, después tuve la oportunidad de rehabilitarme y esa pelota que le saqué sobre el final a Tarifeño me hizo sentir que había pagado la deuda. Quedé 0-o, porque me comí un gol y salvé otro».
Muy honesta la reflexión de Jorge Deschamps, el arquero que debutaba en el pórtico de Cobresal.
Pero, para ser franco es demasiado autocrítico quien fuera la figura del partido en El Salvador. Porque es cierto lo que dice: responsabilidad grande y absoluta en el gol de Palestino (minuto 56), que significó el descuento y estrechó las cifras a poco de comenzado el segundo. Sin embargo,de ahí en más el curicano se transformó en un verdadero frontón para evitar el empate.
«Fue un tiempo para cada uno. Ellos aprovecharon muy bien el suyo y nosotros no supimos hacerlo en la segunda etapa, cuando dominamos sin contrapeso y tuvimos varias ocasiones de gol que no concretamos. Cobresal es un equipo muy fuerte en casa y de entrada nos pasó por arriba, pero después le tomamos el partido y lo emparejamos en todo, menos en el marcador. Nos está faltando el gol para dar el salto de calidad que necesitamos para pelear con los de arriba y no mirar la tabla hacia abajo».
La reflexión de Agustín Farias, que ayuda y mucho a complementar lo que fue el partido jugado esta tarde en El Salvador.
Porque, reiterando el concepto anterior y especialmente en los minutos finales, Palestino fue una verdadera tromba que se dejó caer sobre el arco de Deschamps, que la única vez que estuvo absolutamente vencido, apareció Céspedes para devolver una pelota que entraba al arco. En las otras, el arquero estuvo impecable y sencillamente sensacional en la atajada que el recordaba, porque Tarifeño lo enfrentó por el medio con una pelota dando bote y se la puso en globito por sobre su cuerpo. El guardameta voló hacia atrás y con un manotazo casi milagroso envió el balón al córner.
DOS GOLAZOS
También tiene razón Farías cuando dice que en el primer tiempo Cobresal fue muy superior.
Y selló esa superioridad con dos goles de gran factura.
A los 6´con un tiro libre de Franco Ragusa que se coló en el ángulo superando la estirada de Guerra.
Y a los 52´Felipe Reynero aprovechó una salida a destiempo del arquero Guerra para levantarle la pelota en globito y cerrar el partido
/Victoria Robles
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