A mediados de octubre llegó la primera decepción de la temporada: se presentaba el Barça en Getafe apenas una hora después de que el Madrid hubiese perdido ante el Cádiz unos kilómetros más al norte, en Valdebebas, pero el equipo azulgrana desperdició la ocasión de mala manera.
Ronald Koeman sorprendió desde la alineación, apostando por Pedri como media punta y dando cancha a Dembélé como extremo zurdo. La apuesta arrojó resultados desiguales: estuvo muy bien el canario, que interpretó el juego del equipo como si llevase toda la vida en el Barça, excelente en el último pase, bien en la conducción y coherente en la toma de decisiones; nada que ver con el francés, precipitado e indeciso, sin capacidad para terminar las jugadas, siempre errático.
El resto del equipo se movió en los parámetros habituales: Messi como falso nueve y catalizador de todo el juego de ataque, Busquets y De Jong en la sala de máquinas y Piqué y Lenglet en el eje de la defensa. Sorprendió positivamente Dest, que se adoptó muy bien a jugar a pierna cambiada como lateral zurdo, progresando en ataque y sin demasiados problemas en defensa.
Messi disfrutó de la primera gran ocasión del partido en el minuto 20. Tras un gran gesto técnico de Pedri, que giró sobre sí mismo para habilitar a Dest, el argentino remató al palo de David Soria.
GRIEZMANN, OCASIÓN DESPERDICIADA
Poco después, Griezmann tuvo una ocasión aún más clara: Pedri leyó su desmarque y le filtró un pase impecable, a la espalda de los centrales. Griezmann se plantó ante David Soria con tiempo incluso para prepararse el remate con su pierna buena, la zurda, pero se precipitó y chutó con la derecha. El balón se fue por encima del larguero.
Respondió el Getafe con una acción de mérito de Jaime Mata, nuevamente titular en el dibujo de Bordalás. Mata superó a Sergi Roberto en el vértice del área y cuando iba a disparar, su remate salió blando, fácil para Neto.
El partido se convirtió en un intercambio de golpes, poco que ver con lo que habían deparado los partidos entre ambos equipos en las últimas temporadas. Presionó alto el Getafe, y el Barça supo sacar -no sin problemas- el balón para buscar las galopadas de De Jong y sobre todo a Pedri, que jugó con el cuajo y la prestancia de un veterano. Se movió por la zona de la media punta con descaro y habilidad, pidiendo la pelota, ofreciéndose y tocando rápido, un lujo para sus compañeros, pero insuficiente en un Barça demasiado plano.
Pero pasaban los minutos y el Barça no embocaba: a la inspiración de Pedri le acompañó el empeño de Messi y las ganas de Dest por el carril zurdo, pero poco más. No había noticias de Griezmann ni de Dembélé, no por fuera ni por dentro.
Mientras, el árbitro se encargaba de enfangar el partido con un absurdo recital de tarjetas. Al descanso ya había mostrado cinco tarjetas, pero pasó por alto un codazo de Nyom a Messi en la frontal del área del Getafe.
En la reanudación, el Barça volvió a buscar a Dembélé, que tuvo espacio para progresar, pero sin demasiado peligro. Se cerró sin demasiados problemas el Getafe, un equipo siempre cómodo defendiendo.
PENALTI DUDOSO, GOL DEL GETAFE
Pero el equipo de Bordalás se encontró con un regalo a los diez minutos de la segunda parte: a la salida de un córner, en una acción sin demasiada historia, De Jong llegó tarde a un balón y golpeó a Djené. Fue una de esas jugadas grises que dependen de cada árbitro: Soto Grado no lo dudó. Pitó penalti. Lo marcó Jaime Mata.
Con el viento en contra, el Barça intentó ponerse manos a la obra. Había tiempo para empatar e incluso ganar. Koeman volvió a la esencia para rescatar a Ansu y a Coutinho, que entraron por Dembélé y Pedri.
El Barça recuperaba su once tipo, pero el partido no cambió de guion. Se defendía con solvencia el Getafe, atacaba sin demasiadas ideas del Barça, volcado a la izquierda, con Ansu como protagonista y Griezmann diluido en el otro costado.
A la desesperada, Koeman metió en el campo a Trincao y Braithwaite. Salieron Griezmann -otro decepcionante partido del francés- y De Jong, que sigue lejos de lo que prometía cuando llegó al equipo. El Barça pasó a jugar con Ansu, Braithwaite, Trincao y Messi en ataque, con Coutinho como enganche.
UN BARÇA ESTÉRIL
No hubo manera. Resitió bien el Getafe frente a un Barça estéril. Estuvo a punto el equipo madrileño de cerrar el partido en el minuto 83, cuando el ‘Cucho’ superó a Lenglet en el cuerpo a cuerpo y remató al larguero. La entrada de Riqui Puig, ya a la desesperada, tampoco sirvió para amarrar al menos un punto. ‘Cucho’ también se plantó solo ante Neto, pero su balón se fue demasiado alto.
No ofreció nada más el Barça, decepcionante en Getafe, más allá del intento ‘in extremis’ de Messi en la penúltima jugada del partido, rescatando un balón perdido en el punto de penalti.
No bastó con la inspiración de los más jóvenes ni con la actitud. Koeman sufrió una inesperada derrota que le hará reflexionar: el Barça empezó bien, pero necesita muchos retoques.
/escrito por Javier Giraldo para Sport de Barcelona
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