Dos proyectos cuestionados, dos entrenadores puestos en duda y dos equipos sin margen de error para lograr los diferentes objetivos de cada entidad. El Real Valladolid, salir del descenso para lograr la permanencia; el Athletic Club, acercarse a Europa para luchar por un puesto en competición continental. Así llegaban ambos equipos al José Zorrilla, donde la lluvia añadió aun más atractivo al encuentro.
Los primeros minutos del partido sirvieron de carta de presentación para lo que estaba por llegar, con los de Gaizka Garitano intentando llevar la manija del partido y los de Sergio González implicándose en tareas defensivas para sorprender al contraataque, dispuesto a recuperar la esencia que les hizo salvarse la pasada temporada.
El contexto del partido invitaba a pensar que un solo error podía condenar a cualquiera de los dos equipos, por sus características y por la trascendencia del choque. Como así sucedió. Un mal control de Unai Simón en la salida de balón, provocado por la buena presión colectiva de los hombres más adelantados del Real Valladolid, se convirtió en una asistencia perfecta para Marcos André, que fue derribado por el meta vasco forzando penalti.
No falló Fabián Orellana desde los once metros, con un potente disparo que le valió para adelantar a los suyos en el marcador y estrenar su cuenta goleadora en la presente temporada. Un gol que iba a marcar el transcurso del encuentro con apenas un cuarto de hora disputado. El Real Valladolid supo hacer del 1-0 un tesoro al que aferrarse, mientras que el Athletic se nutría del reciente recuerdo de la remontada ante el Sevilla para volver a conectarse al partido.
Lo cierto es que los de Garitano no perdieron la cara al encuentro en ningún momento, tanto como que Sergi Guardiola pudo sentenciar al Athletic en la primera mitad, con un remate en el segundo palo que se marchó alto tras una gran jugada colectiva de los locales y un gol anulado por claro fuera de juego a la media hora de partido. El fútbol-control de los vascos no se traducía en ocasiones claras de peligro sobre la meta de Masip, a pesar de los intentos de Capa y Muniain por encontrar portería.
Salió con todo el Valladolid en la segunda mitad, sorprendiendo con un tempranero gol de Marcos André, de nuevo protagonista. Óscar Plano desbordó por banda izquierda y Orellana y Hervías supieron trenzar una jugada que acabó con un despeje poco contundente de Unai Simón. Allí apareció Marcos André para cazar el rechace y encarrilar el partido para los suyos, viendo cada vez más cerca los primeros tres puntos de la temporada.
El 2-0 despertó a los leones, con Berenguer y Villalibre como apuestas de Garitano para acortar diferencias. Emergió la figura de Jordi Masip para negar el gol al Athletic hasta en dos ocasiones. Primero, a Villalibre, tras un gran remate cruzado de cabeza; después, a Iñaki Williams, aguantándole en un mano a mano de forma brillante en una clara ocasión que acabó en nada.
El reloj corría, despacio para unos y de forma frenética para otros. Rebasado el minuto 80 de partido, el 2-0 parecía ventaja más que suficiente para el Valladolid, pero Yuri Berchiche forzó un penalti, previamente señalado como falta y rectificado por el VAR, que Williams se encargó de materializar con un disparo a lo Panenka poco ortodoxo.
Había partido en el José Zorrilla. El Valladolid tuvo que tirar de donde no tenía para evitar el empate a dos. Rubén Alcaraz negó el gol a Villalibre con un despeje que iba a valer tres puntos y los vallisoletanos vieron cómo Williams desperdició la última ocasión del partido, mandando alto un complicado remate que no cogió portería.
El pitido final se hizo esperar hasta el minuto 95, cuando el Real Valladolid pudo celebrar su primera victoria de la presente temporada. A la novena fue la vencida. Tres puntos balsámicos que sacan al Valladolid de la última posición de la tabla y que dan aire a Sergio González al frente del equipo. Todo lo contrario que el Athletic, de nuevo cayendo fuera de casa y demostrando la dificultad para marcar goles y mantener la portería a cero que le está alejando, cada vez más, de los soñados puestos europeos.
/Fuente: Marca de España
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