Reinaldo Rueda despejó la duda y Alexis Sánchez entró como titular y capitán para enfrentar a Venezuela. El tocopillano reemplaza a Fabián Orellana. El resto del equipo es el mismo que ganó el pasado viernes a Perú.
En Venezuela llamó la atención la ausencia de Yeferson Soteldo, ya que se esperaba que el ex Huachipato y Universidad de Chile tenía muchas ganas de enfrentar a la Roja.
COMIENZO MUY INTENSO Y GOL DE VENEZUELA
Venezuela sorprende a Chile en el inicio. Planteando un partido muy intenso, de mucha marca y roce, la «vino tinto» no deja jugar a la selección chilena, que tiene muchos problema para salir desde el fondo.
Y los locales buscan mucho por la orilla. Desbordando a Isla y Beausejour. Y llenado el área de centros, provocando el error de los defensas nacionales.
Así llegó tempranamente la apertura de la cuenta, Una mano de Maripán, tiro libre con centro pasado, cabezazo de Rondón para meterla en área chica y cabezazo de Luis del Pino Mago (nada menos que Luis del Pino Mago) anticipándose a la tardía salida de Claudio Bravo
REACCIONA CHILE Y EMPATA VIDAL
El gol fue como una cachetada para La Roja, que por fin comenzó a aparecer en la cancha del Olímpico de Caracas.
Primero fue una llegada de Meneses, que terminó con un mal centro de Beausejour.
Y casi de inmediato se juntaron como antaño Alexis y el Huaso Isla por la derecha, pared perfecta, centro atrás, no pudo empalmar Mora y en el rebote, como siempre, apareció Arturo Vidal para mandarla adentro.
Antes del cuarto de hora y ya están 1-1. Claramente, en el inicio los atacantes superan a los defensas.
AHORA SÍ BRAVO
Todavía festejaban los chilenos el empate, cuando nuevamente pudo caer el arco de La Roja.
Otra falla de Maripán en un pase largo a sus espaldas, Machín se va solo y Bravo sale oportunamente para achicar el remate e impedir lo que pudo ser perfectamente el segundo gol venezolano.
Como respuesta, Chile tuvo dos buenas llegadas al arco de Faríñez: un centro desde la izquierda que Del Pino Mago sacó con muchas dificultades al córner. Y una «apilada» de Alexis Sánchez, toque atrás y remate de Paulo Diaz que pasó cerca de un poste.
Con otra llegada muy clara que desperdició Rondón rematando pifiado cuando salía Bravo y un remate de Vidal que rebotó en un zaguero cuando el arquero estaba descolocado se fue el primer tiempo.
45 minutos de dulce y agraz para Chile.
Dulce, porque reaccionó rápidamente a la tempranera apertura de la cuenta y porque de medio campo hacia arriba el equipo ha funcionado bien. Mucha presencia de Arturo Vidal como es habitual, trabajo incansable de Mora para sacar a los centrales del área y buenas conexiones por la banda con las duplas Isla – Alexis y Beausejour – Meneses.
Y de agraz, porque ha sido el peor partido en mucho tiempo de la defensa chilena. Especialmente por los desencuentros de Paulo Diaz y Guillermo Maripán, que literalmente no han dado pie con bola. Como un pequeño atenuante hay que reconocer que han tenido muy poca colaboración en el corte de los volantes (no ha sido un buen partido de Pulgar y Pinares) y por las bandas, tampoco ha estado muy sólida la zaga. En el uno a uno, habitualmente han ganado los venezolanos.
BAEZA POR PINARES
Rueda una vez más leyó bien el partido y de vuelta al segundo tiempo, ingreso Claudio Baeza por Pinares. Objetivo evidente: ponerle trabas a lo que en el primer tiempo fue un tránsito sin problemas de los venezolanos, desde medio campo hacia el arco de Bravo.
Rápidamente, antes de los 5 minutos, Chile pudo aumentar la cuenta: córner desde la izquierda, anticipo de Pulgar en el primer palo y Mora no alcanzó a llegar para terminar de meterla adentro.
Chile comenzó a controlar el partido. Baeza efectivamente aportó marca y recuperación, permitiendo que Vidal se soltara más en ataque.
Así la Roja comenzó a merodear el arco de Faríñez. Especialmente por el adelantamiento de Isla, aprovechando las diagonales de Alexis, Chile le creó muchos problemas a la defensa local.
Cerca de la media hora, por esa vía estuvo la ocasión más clara, pero Meneses, entrando de frente, elevó su remate sobre el travesaño.
SOTELDO EN VENEZUELA, PALACIOS EN CHILE Y GOL DE RONDÓN
Para salir del ahogo. José Peseiro, el portugués que dirige a Venezuela mandó a la cancha a Soteldo, confiando en que su habilidad para tener la pelota en campo contrario le iba a dar aire a su equipo.
Rueda, por su parte, se decidió por el debut de Carlos Palacios («La joyita» de Santa Laura), esperando que repita lo que ha hecho con la camiseta de Unión Española, donde ha sido figura del campeonato.
En lo concreto, salió ganando Venezuela. Minuto 80´y Baeza perdió la pelota en medio campo. Salida rápida por el lado de Soteldo, centro rasante, mal ubicado los centrales chilenos, otra vez dubitativa salida de Bravo y Rondón llegó en área chica para empujarla al gol.
DURO CASTIGO
Ese gol sentenció el partido.
¿Injusto resultado? Puede ser, porque Chile, incluso después del gol de Rondón, llegó varias veces por el lado de Mauricio Isla. Pero nunca hubo alguien que concretara sus centros de manera adecuada. En ese aspecto, a La Roja le sigue penando un ariete, un pepero como se le llama en el fútbol. Hoy por hoy, si el gol no lo hace Arturo Vidal o en su eventualidad Alexis Sánchez, no hay quien la meta adentro.
Además, claro, es cierto que después de la guerra todos somos Generales, pero era un momento muy duro para hacer debutar a Palacios. Tal vez hubiera sido mejor jugársela con la experiencia de Orellana.
El tema es que en los partidos anteriores, la defensa de Chile sostenía el partido.
Esta vez, el rendimiento del bloque posterior, especialmente de los zagueros centrales Maripán y Diaz, estuvo muy lejos de lo que uno puede esperar de ellos. Se extraño a Sierralta en ese bloque.
Y si además Claudio Bravo reacciona con indecisión en ambos goles, se da la tormenta perfecta.
Duro castigo. Porque estos tres puntos eran fundamentales para terminar bien alto en la clasificación y son de los que perfectamente se pueden ganar en el extranjero.
Pero, para eso, en el fútbol moderno y con una competencia tan exigente, no se pueden cometer errores.
Y Chile, en Caracas, los cometió en defensa. Y fueron muy graves. Casi imperdonables.
/por Gerardo Ayala Pizarro
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