Coquimbo Unido es semifinalista de la Copa Sudamericana.
Dicho y leído así, parece una cosa simple y sencilla.
Pero, está claro que no lo es.
Y no lo fue durante esos sufridos 90 minutos que separaban el fracaso de la gloria.
Pese a todos los problemas iniciales provocadas por el Covid 19, Junior no se amilanó y salió a revertir el 1-2 que sufrió en Barranquilla ante Coquimbo Unido.
Y rápidamente encontró premio. Apenas 3 minutos de juego y Cetré se filtro en el área pirata. Es cierto que la pelota se le adelantó y él mismo llegó desequilibrado al choque con el arquero Cano. Pero también es cierto que el meta coquimbano salió violentamente y fue directo al cuerpo del delantero.
Inicialmente, el peruano Victor Carrillo no cobró el penal, pero luego, a insinuación del VAR, sancionó la falta y Borja engaño con su lanzamiento a la izquierda de Cano para abrir el marcador a los 3 minutos de juego.
Y las cosas pudieron ser peor aún para Coquimbo, porque un par de minutos después una pelota cayó en el área coquimbana y claramente golpeó en el brazo de Gatica. Carrillo nuevamente fue llamado por el VAR, pero esta vez no consideró que la acción diera para cobrar penal.
Fue un resumen de lo que sería el partido. Jugado mayoritariamente en el área local.
Con Junior atacando y Coquimbo defendiendo la clasificación, que pendía de un hilo. Porque el 2-1 fantástico obtenido en Barranquilla y los dos goles de visitantes, se iban al tacho si Junior convertía otro gol más.
Por eso, cada pelota sobre el área de Cano fue un martirio, un sufrimiento, casi una plegaria.
Especialmente, en ese último tiro libre en el minuto 95, en el que invariablemente todos nos acprdamos de lo que le había sucedido la noche anterior a Universidad Católica.
Por suerte, esta vez el remate del ejecutante colombiano salió pegado al poste derecho.
Y después, si, los abrazos, la algarabía, la clasificación, la historia.
Tal vez alguna vez alguien dirá que Coquimbo Unido no jugó bien, que su actuación fue incluso muy inferior a lo hecho a Barranquilla.
Pero, esta noche, eso no le importa a nadie. ¿Por qué habría de importarle si el Coto Juan José Ribera y sus muchachos han inscrito el nombre de un equipo de la Región de Coquimbo, en el norte de Chile, entre los cuatro mejores de la Copa Sudamericana?
Hoy, seguramente, al estilo de viejos bucanero, corsarios y piratas, correrá el Ron por las calles de Coquimbo.
Hoy, esta noche, Coquimbo ha demostrado que es Puerto. Así con mayúsculas.
Mañana, mañana será otro día. Y habrá que pensar en el próximo compromiso con Defensa y Justicia para que la hazaña sea aún más hazaña. Habrá que sacar cuentas de los partidos que están pendientes en el campeonato local para escapar del descenso.
Pero, eso será mañana.
Hoy es esta noche. Que ojalá para los coquimbanos no se termine nunca
por Gerardo Ayala Pizarro. Fotos: Gentileza Conmebol
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