Sugiero que los dos goles de Santiago Morning en la final con Universidad de Chile, que deben estar grabados por las transmisiones de DirecTV y TV, se editen, se guarden y se muestren cada vez que alguien ponga en duda la calidad del fútbol femenino.
Porque de seguro, si en lugar de Yenny Acuña estuviéramos hablando de Alexis Sánchez o Esteban Paredes y en vez de Karen Araya el protagonista hubiera sido Arturo Vidal o Humberto Suazo seguramente cualquiera de esos goles que vimos esta tarde en el Sausalito de Viña del Mar estarían en portada en todos los sitios deportivos del país y los comentaristas (hombres, por supuesto) no pararían de alabar la calidad y la técnica extraordinaria de los jugadores chilenos.
Pero, se lo digo con toda sinceridad, lo hecho por la Yenny y la Karen no tienen nada que envidiarle a los mejores goles que conforman el récord del delantero colocolino o a la mejor conquista que usted pueda recordar de la Generación Dorada.
¿Tiene alguna duda?…
Se los grafico.
A los 15 minutos, escapó Karen Araya por la derecha, ganó raya de fondo, levantó la cabeza y metió el centro arrastrado para Yenny Acuña que venía llegando a la entrada del área. La jugadora del Chaguito hizo un control dirigido, quedó en diagonal al arco e inventó lo que nadie imaginaba: metió una rabona al mejor estilo del Bichi Borghi y clavó la pelota en un ángulo.
¿Se recuerda el gol que le hizo Cataldo, jugando por la Universidad de Concepción a Johnny Herrera, en ese entonces arquero de Universidad de Chile?
Le puedo asegurar que este fue aún mejor. Porque Cataldo tiró la rabona con la intención de sacar un centro y la pelota se fue hacia el arco. En cambio, Yenny Acuña siempre tuvo la intención de hacer el gol. Y de que manera lo hizo.
Y cuando el partido ya terminaba, pasado el minuto 80´, cambiaron los papeles: la que desbordó por izquierda fue Acuña y su centro lo recibió Karen Araya, a la entrada del semicírculo del área. Antes de recibir la pelota ya había visto algo adelantada a la golera Fernanda Zúñiga. Por lo mismo, le pegó de primera, envolviendo el balón entre empeine y el revés y la bola cayó como un globito, pero con potencia dentro del arco. Fue tanta la precisión que la pelota rozó el travesaño antes de llegar a la red.
¿Recuerda el gol que Arturo Vidal le marco hace un par de meses a Péru?…Palabra que este fue mejor. Por la calidad, la precisión y la violencia del impacto
La relatora de DirecTV, Rocío Ayala, decía que la Federación de Fútbol de Chile debería postular estos dos goles al Premio Puskas. Le encuentro toda la razón.
TRICAMPEONAS
Así se resolvió esta final, de la única manera que podía definirse entre dos equipos tan parejos y de tan espectacular campaña (llegaron invictos y con canasta completa a este choque): con un par de genialidades .
Los números de la campaña habla de la superioridad de ambas escuadras sobre el resto de las competidora: Siete triunfos, ninguna derrota, y solo una pequeña diferencia en cuanto a goles convertidos: 43 goles para las bohemias y 42 para las leonas.
Evidentemente se enfrentaron en la final los dos mejores equipos del fútbol femenino chileno
Y si la final fue para las recoletanas es el premio a la mayor calidad de un plantel que por algo se corona como tricampeón invicto y clasifica desde ya a la próxima Copa Libertadores.
Para la U, el consuelo de haber competido de igual a igual con tan encumbrado rival. Universidad de Chile y Azul Azul apostaron por apoyar el fútbol femenino y las Leonas respondieron en la cancha. Que sigan por la misma senda.
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS