El francés salió tras el descanso y marcó, pero el equipo estuvo muy, muy espeso
El Barça se la pegó en el último partido del año. El Eibar, que nunca había puntuado en el Camp Nou, hizo sangre de un equipo con muy pocas ideas y al que parece que ya no le funciona ningún sistema. Se echó en falta el liderazgo del capitán Messi y ni siquiera el fulgurante regreso de Dembélé fue suficiente. Este equipo no tiene manera de reengancharse a la Liga. Cuando da un paso adelante, lo pierde después con dos atrás.Koeman repitió sistema pensando en superar por bandas la alta presión del Eibar y porque le había funcionado en Valladolid. Pero duró 45 minutos, fue un drama de primera mitad.
Braithwaite, no hay manera
Y eso que los azulgranas comenzaron dinámicos y a la salida de un córner, Araujo fue objeto de penalti. Bigas llegó tarde e impactó en el tobillo del uruguayo, pero le costó pitarlo a Alberola Rojas. Le llamaron del VAR y cuando por fin se decidió a señalarlo, Braithwaite ya estaba en los once metros con el balón preparado. La autoestima del danés en encomiable, Griezmann ni se le acercó, pero lo tiró fatal. Salió muy desviado a la derecha de Dmitrovic.
Una acción que dio alas al Eibar, se envalentonaron los de Mendilibar con un rapidísimo Inui. Menos mal que Kike García no aprovechó un balón suelto. Poco a poco fue recuperando el Barça el ritmo perdido. Araujo, de nuevo en un córner, cabeceó a las manos de Dmitrovic, pero el protagonismo sin culminación volvía a estar destinado a Braithwaite. Esta vez lo hizo muy bien, fusiló el centro de Junior, pero estaba algo adelantado. Alberola volvió a rectificar.
Pasada la media hora, otra para el danés. A pase de Pedri, pero no llegó por poco. Tampoco a la siguiente en un centro muy cerrado de Dest. Y eso fue todo. Braithwaite, al menos, no para de intentarlo. En cambio, Griezmann parece perdido en otro mundo. El partido se puso peligroso, Ter Stegen sacó unos puños muy poco ortodoxos en un seco disparo de falta de Kadzior, Inui reclamó un penalti y Dembélé empezó a calentar por la banda.
El primer tiempo para hacérselo mirar lo ‘rubricó’ Griezmann con un disparo flojo, sin alma. Además de las peligrosas pérdidas en el centro del campo. Preocupante lo del francés. Mucho.
Reaparece Dembélé
Así que el segundo tiempo ya empezó con Dembélé sobre el verde. Koeman regresó a los orígenes del 4-2-3-1 y no quitó a un central, sino a Dest. Mingueza se colocó en el lateral diestro. Y tuvo el ‘mosquito’ la primera, un zurdazo que salió fuera, pero al menos fue un aviso. Pjanic lo intentó de volea lejana, pareció otro Barça. Hasta Griezmann se animó. Pedri le dio con un fantástico pase el gol hecho a Dembélé, pero Dmitrovic salió rápido y De Jong no acertó en el rechace.
Kike García adelanta al Eibar… y el ‘mosquito’ pica
El primero tenía que llegar… y sí, llegó, pero fue del Eibar. Pjanic pasó muy corto a Araujo, pero no hay excusa en el error del uruguayo. La experiencia de Kike García fue un grado, le ‘robó’ la cartera y no se puso nervioso ante Ter Stegen. Jarro de agua fría.
Salieron Coutinho y Trincao, y en estos casos, nada mejor que empatar rápido. Picó el ‘mosquito’, ha regresado al mejor nivel de su lesión. Remató cruzado y a la red un gran pase de un reivindicado Junior Firpo. Lo normal, tras quitarse del agobio de ir por detrás, hubiera sido mantener la inercia y asistir a un desbocado ataque en busca del segundo, pero no fue así. Cerró bien líneas el Eibar y al Barça le costó mucho. Acabó Koeman de nuevo con tres centrales y recurrió a la ‘carta Riqui Puig’ cuando ya solo quedaban tres minutos para el noventa. Pedri lo tuvo en sus botas, mucho mejor fue la de Trincao, pero no hubo manera. El Barça no curó las heridas. Un partido digno de este 2020.
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