“Yo no vine a La Serena a sufrir”. Lo primero que aclara Miguel Ponce (49 años) es que vive cerca de la playa, que cuando puede se escapa a la arena para jugar paletas con alguno de sus asistentes. La Serena es una ciudad especial para el Chueco. Ahí dio sus primeros pasos como entrenador en 2011 y de ahí también son oriundos varios de los colaboradores que tenido durante su carrera en las bancas, en Chile y Bolivia.
Siete clubes ha dirigido entre Primera, Primera B y el fútbol boliviano. San José de Oruro y Blooming fueron sus últimas experiencias en el país altiplánico, donde la liga todavía no regresaba a la actividad cuando Ponce le dio el sí al cuadro granate. Con una misión que en esos días parecía imposible, pero que hoy se está cumpliendo con una racha extraordinaria.
“Fue una decisión muy pensada. El 10 de agosto estaba parado, sin torneos en Bolivia, y ya tenía la oferta de La Serena. No fue un sí inmediato, hubo mucho análisis, revisión de números y jugadores, ver si de verdad era algo realizable. Lo discutimos mucho con mi equipo, peleamos, porque algunos me decía que no era buena idea, pero al final nos vinimos. También reconozco que hubo un tema emocional por lo que representa esta ciudad para mí”.
¿Usted lo definiría como una decisión valiente de su parte?
No… valiente es jugar lunes, miércoles y lunes, un día sobre los 3 mil metros de altura y con 80% de humedad en la sierra. Así estuve dos años en Bolivia. Y la verdad es que los únicos valientes en La Serena son los jugadores. Valientes para ir para adelante, porque estamos obligados a hacerlo. Valiente es Stefano Magnasco, que se fue del líder para venir a jugar con el último. Valientes los jugadores que llegaron en la segunda rueda, teniendo muy claro a dónde venían.Valiente es lo que hace Humberto Suazo, que vuelve al fútbol y rinde de esa manera.Etcétera, etcétera…
¿Qué hizo para darle vida a un equipo que estaba hundido?
Esto ya lo había vivido en Temuco. La situación negativa, las cosas que no funcionan y donde todos saben más que uno. Donde todos tiene la solución, menos tú. Es muy fuerte eso, muy duro. Y lo que pasa es que a veces las cosas no se dan nada más.
¿Pero qué trabajó primero: la mente o el juego de sus futbolistas?
Cuando llegamos, la emocionalidad ya estaba al límite. Lo único que podíamos hacer era entregar una idea y claridad sobre que lo queríamos hacer. En nuestra situación lo único que servía era salir a ganar, porque 17 empates no servían para salvarnos. Nos preocupamos, entonces, de transmitir seguridad sobre cómo íbamos a jugar. Igual ayudó mucho la competitividad que generaron los nuevos en el plantel. También la experiencia y liderazgo de jugadores como Jaime Valdés, Humberto Suazo. Nuestro discurso no ha cambiado. Hay que ganar siempre, porque es lo único que nos sirve.
Lo concreto es que La Serena en ocho partidos suma siete triunfos y un empate, más de 500 minutos sin recibir un gol y hoy se salva del descenso en la dos tablas…
Sí. Y te digo: lo que está pasando en La Serena ya sobrepasó lo fubolístico. Hay un tema de energías positivas, fuerzas que nos empujan. Es algo que se ha generado en el plantel y en la ciudad completa. No sabría explicarlo, pero se siente. Mi señora, que es periodista, me dice que esta es la noticia positiva del fútbol de fin de año. No podemos estar tranquilos, eso sí. Falta mucho.
¿Usted reivindica la imagen del DT chileno? Hoy son minoría en Primera División…
A ver. Yo creo que el entrenador chileno está muy bien preparado. Pero no sirve de nada si no sacamos resultados. No me gusta vender la pomada, prefiero esperar que pasen las cosas, conseguir que en mi CV diga que logré salvar a La Serena. Y así, ir sumando distintos logros, uno por uno.
¿Y quiere llegar a un equipo grande en el corto plazo?
Es lo mismo. Si no gano, no voy a llegar a un equipo grande. Es así de simple. Quizás a los técnicos chilenos nos cuesta vendernos mejor, nos apocamos y no vendemos bien nuestros resultados. Si tú me estás llamando ahora para una entrevista, es porque me la gané con los buenos resultados. Un amigo me llamó de Emiratos para preguntarme por qué no había dado una entrevista todavía. Me da lata, le dije. Al final, solo me quiero validar con mis resultados.
¿Baja Colo Colo a Primera B?
Me cuesta creerlo. Nunca pensé que peleábamos el descenso con Colo Colo, con la calidad de jugadores que tiene. Y todavía creo que será difícil que baje.
/Entrevista de Álvaro Poblete para La Tercera
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