Con gol de Lukaku en la media hora del primer tiempo, el cuadro lombardo se impuso como visitante y mantiene el camino inalterable hacia el Scudetto
La espera. A veces puede ser interminable, seguro que nos vuelve intrépidos, impacientes. 14 de marzo, hace 20 días. De un cabezazo a otro. Entre un partido aplazado, el parón de selecciones y la infinita espera por este Bologna-Inter, disputado como último partido de este larguísimo Sábado de Pascua. Tuvimos que esperar, de hecho. Comenzó con el recuerdo de aquella cornada del Toro al Torino, pero de ninguna manera se dio por sentado. Con el temor de que sí, la mala sorpresa, la decepcionante, estuviera lista para arruinar una Semana Santa que, en cambio, es solo nerazzurra. Tres puntos, una victoria, determinación y ganas de luchar y también de sufrir de este equipo que no defrauda. No, ninguna sorpresa: solo tres puntos.
Romelu Lukaku: hace recordar a Christian Vieri en aquel Fiorentina-Inter de 2002, Sábado de Semana Santa. Enviar la pelota al fondo de la portería, sea como sea. Eso es suficiente: 0-1, vigésimo gol de la temporada, séptimo jugador en la historia del Inter en marcar 20 goles en dos campeonatos consecutivos (por detrás de Giuseppe Meazza, Amedeo Amadei, Roberto Boninsegna, Mauro Icardi, Stefano Nyers y Christian Vieri). Y luego un poco de apnea, pero en realidad poco sufrimiento: los guantes de Handanovic quedaron casi intactos tras esta novena victoria consecutiva. Sí, Bologna 0-1 Inter es el noveno triunfo consecutivo del equipo de Conte.
Volver al camino, hacerlo después de aplazamientos, parones, salidas y ausencias. Hacerlo en Bolonia, en un campo complicado: el equipo de Mihajlovic juega, concede poco, sabe defender y sabe hacer daño. El Inter con Ranocchia en el centro de la defensa y con Young por la izquierda, Lukaku y Lautaro delante para complicar la tarde de los centrales Rossoblú. Un juego casi ilegible, complicado: la salida es un problema, enfrentarse al 4-3-1-2 de Sinisa se convierte en un ejercicio de sagacidad táctica, paciencia y astucia.
No es un partido espectacular, no es un partido que ofrezca una gran cantidad de oportunidades. Precisamente por eso es fundamental optimizar los esfuerzos, maximizar la ganancia de cada opción en la que se va al frente. Un partido táctico, de mucho estudio, cerrado. No es uno de esos duelos abrumadores, que hay que tomar con prisa y tratar de arrollar. Sino que hay que entenderlo, en todos sus detalles. El Inter trabaja, como siempre: buscando conexiones entre Barella y Hakimi, estudiando la posibilidad de habilitar a Lukaku, encontrando en Lautaro un receptor siempre activo, brillante y vivaz.
Bologna-Inter no es una novela de aventuras: es más un ensayo. El título podría ser: «Espera y resultado». La espera para encontrar la llave adecuada para abrir la puerta rossoblù, el resultado de la victoria fundamental para llevarse a casa la victoria fuera de casa. Si Hakimi y Barella corren hacia el centro derecha y trastornan el orden del Bologna, es cierto que el equipo de Mihajlovic no implosiona sobre sí mismo: permanece vigilante, atento y nunca sumiso.
El gol que decide el partido, el que nos da los tres puntos, llega al minuto 31 de la primera parte: se trata de una acción colectiva del Inter, que se expresa mejor cuando todos intervienen en la defensa y también en la ofensiva. Bastoni es quien rompe el equilibrio: desequilibra por la izquierda tras un duelo forzado, mete el centro quirúrgico y dispara a la cabeza de Romelu. El cabezazo se desvía milagrosamente en el poste, la gracia y la soltura con la que el 9 mete el balón en la portería con la derecha son casi reconfortantes: tranquilos, marqué.
El partido toma una pausa con ese gol: porque el Inter asechará significativamente la portería de Ravaglia solo al comienzo de la segunda parte, con el derechazo de Lautaro que hace temblar el poste. Por lo demás, los dos porteros no fueron forzados a realizar grandes intervenciones: el minuto 90 finaliza con 3 disparos del Inter y 2 del Bologna.
El tiempo adicional, por ejemplo, es un largo ejercicio de tenacidad: atención táctica para no aflojar, energías físicas para no escatimar. La entrada de Sánchez para romper el equilibrio y hacer retroceder a los rossoblù, los cambios de Mihajlovic para buscar la igualdad.
Pero el equipo de Conte es serio, compacto: hasta el minuto 93 y más allá de la tensión su nivel no baja. Balones rechazados y recuperados: así, con ánimo y determinación, llega la victoria al hilo número 9. Y ahora que pase el Sassuolo.
DATOS
BOLOGNA (4-3-1-2): 34 Ravaglia; 14 Tomiyasu (29 De Silvestri 34′), 5 Soumaro, 23 Danilo, 35 Dijks (80 Juwara 80′); 30 Schouten, 8 Dominguez (32 Svanberg 69′), 11 Skov Olsen (7 Orsolini 80′); 21 Soriano; 10 Sansone (55 Vignato 69′), 99 Barrow.
Suplentes: 1 Da Costa, 16 Poli, 18 Baldursson, 16 Antov, 43 Faragò.
Entrenador: Sinisa Mihajlovic.
INTER (3-5-2): 1 Handanovic; 37 Skriniar, 13 Ranocchia, 95 Bastoni; 2 Hakimi, 23 Barella (8 Vecino 92′), 77 Brozovic, 24 Eriksen (5 Gagliardini 61′), 15 Young (36 Darmian 71′), ; 9 Lukaku, 10 Lautaro (7 Sanchez 71′).
Suplentes: 27 Padelli, 97 Radu, 6 de Vrij, 12 Sensi, 22 Vidal, 99 Pinamonti.
Entrenador: Antonio Conte.
Anotador: 31′ Lukaku (I)
Amonestados: Soumaro (B), Ranocchia (I), De Silvestri (B), Vignato (B), Juwara (B), Brozovic (I), Bastoni (I), Gagliardini (I)
Tiempo de descuento: 3′ – 3′.
Árbitro: Giacomelli.
Asistentes: Fiorito, Galetto.
Cuarto árbitro: Marinelli.
VAR: Di Paolo.
Asistente del VAR: Passeri.
/Fotos y datos: sitio oficial del Inter
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