A menudo con goles claves como ante el Villarreal, muchas veces la vara de medir de su rendimiento en el Barça, donde está siendo un jugador intermitente, más de momentos que de partidos.
Entender eso significa que habrá días donde pasará desapercibido y otros donde será diferencial como ayer. Suyos fueron los dos goles que dieron los tres puntos al Barça y que pueden valer una Liga.
Su efectividad en La Cerámica vale doble porque, tras los pinchazos de Madrid y el Atlético, si el Barça gana el jueves al Granada, se pondrá líder.
Lo insospechado es ya una realidad porque el Atlético no superó la prueba de San Mamés. El líder perdió y tiene el Barça a dos puntos y con un partido menos. Además hay pendiente un Barça-Atlético en el calendario.
Entre Griezmann y De Jong
Griezmann ya suma 18 goles esta temporada, solo superado por Messi (33), algunos deslumbrantes como el primero ante el Villarreal. Un balón picado con la clase de los escogidos. Con una confianza, la que está mostrando últimamente, que lo convierten en uno de los mejores finalizadores de Europa.
Si Griezmann puso la contundencia, De Jong fue el hilo conductor del juego del Barça. El centrocampista estuvo en todas partes, jugó con una marcha más y siente cada vez más que este es su equipo. Tras el partido Koeman aseguró que esta versión de De Jong es incluso mejor que la del Ajax.
Lo sorprendente es cómo está logrando tener un impacto en el Barça con un rol diferente. Es un De Jong que ya no juega en la base de la jugada, que participa menos, pero que cuando lo hace es mucho más definitivo. Ante el Villarreal solo le faltó marcar pero dejó una aroma de jugador de época.
Sobre todo en la primera parte, una de las mejores del equipo esta temporada. Lo que ocurrió tras el descanso fue otra cosa. Ni siquiera cuando el Villarreal se quedó con diez, el Barça logró sentirse cómodo o tener el control del balón.
No pareció importarle mucho a Koeman, que reconoció que pidió a los suyos jugar más juntos y dar un paso atrás para evitar el empate del Villarreal.
Lo dijo en la rueda de prensa posterior al encuentro con naturalidad. “En la segunda parte decidimos bajar las líneas. Creo que fuimos listos”.
La frase puede sorprender a alguno porque se aleja del canon cruyffista, pero Koeman ha sido siempre, sobre todo, un pragmático. Le costó al Barça sobrevivir en la segunda mitad y terminó reparando en Araujo. Pero salió reforzado con una nueva victoria.
El Barça está protagonizando un 2021 con números de campeón cuando no hace tanto era un equipo en caída libre. Faltan seis jornadas y está a dos puntos del Atlético con un partido menos.
Los azulgrana aún no se atreven a llenarse la boca con el doblete. Se impone el presente más inmediato y la prudencia. “Hay que ir partido a partido”, insiste Koeman.
/Sport
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