La pelota viene por el aire, quedan apenas unos segundos. Rechaza dos veces Orban y vuelve a caer otro centro. Esta vez le toca a Gabriel Arias meter los puños. Y la bocha vuelve a salir del área, mientras el juez se lleva el silbato a la boca. Ahora sí Academia, ahora sí. Final en el Morumbi y Racing le ganó a San Pablo de visitante. Fue 1-0, pero un triunfo clave para sellar la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores y quedar solito en la cima del grupo. Sí, en soledad y a tres puntos de distancia del equipo brasileño. A la próxima ronda de la Copa y, casi con seguridad, terminando primero (para que esto no suceda debe perder con Rentistas y San Pablo ganarle a Sporting Cristal).
Le costó a Racing, es cierto. Pero tampoco lo sufrió. Fue inteligente y aprovechó los momentos. Se hizo aún más grande en Brasil, ante uno de los candidatos a llevarse la Libertadores. Después de sufrir en el comienzo del partido, y siempre aguantado por Gabriel Arias, la Academia se acomodó cando encontró el gol de Novillo. Un cabezazo de pique al suelo para poner el 1-0. Un resultado que golpeó al rival e hizo crecer a Racing, que terminó mejor el primer tiempo.
Pero en el segundo se puso bravo. Pese a que Pizzi mando a cinco titulares a la cancha, lo tuvo que aguantar. Porque Crespo también hizo lo mismo y San Pablo creció. Más que nada desde la propuesta y la posición en el campo, pero no tanto desde la generación de juego. Porque la Academia se abroqueló bien atrás y le cerró los caminos al rival. No le dejó huecos y con mucha actitud y sacrificio lo aguantó sin pasar grandes sobresaltos. Un triunfo que se celebra y otro paso adelante de este equipo que sigue creciendo. Hoy no fue en juego, pero si en carácter y personalidad.
/Escrito por Agustín Iuele para Racing de Alma
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