Francia y Portugal firmaron un partido trepidante que además dejó a todos contentos menos a la hinchada húngara que llenaba las gradas del Puskas Arena, con permiso de los 10.000 aficionados portugueses y franceses. Cristiano impuso esta vez su ley desde el punto de penalti pero le salió un duro competidor en Karim Benzema. El luso abrió el marcador desde los once metros, Karim igualó con otra pena máxima que se sacó Mateu de la manga, el francés puso el 1-2 con un gran gol pero CR7, cuando Portugal estaba ya con el agua al cuello, empató de nuevo desde el punto de penalti, esta vez bien señalado por mano de Koundé. Al final, los dos contentos, Francia líder de grupo y Portugal como mejor tercera.
En el primer tiempo, Portugal supo leer mucho mejor el partido. No mereció el castigo y se fue con las tablas gracias al tanto de Benzema de penalti. Muy discutida la decisión de Mateu y con motivo. Mbappé iba como un tren, chocó con Semedo y sacó un premio donde no había nada. Esta vez no falló Benzema como en el amistoso ante Bulgaria. Había debate en la selección por quién iba a lanzar la siguiente pena máxima y Griezmann dejó sitio a Karim, que necesitaba un gol para quitarse la presión. Pero el gol no eclipsa el mal primer tiempo de Les Bleus, en una peligrosa cuesta abajo. Jugaron bien ante Alemania, regular ante Hungría y mal en ese primer tiempo contra Portugal.
Mbappé pudo adelantar a Francia al cuarto de hora pero su disparo no fue muy ajustado y Rui Patricio hizo su trabajo. Fue un espejismo. Portugal ganó por juego y coraje. Presionó bien la salida de la pelota de Francia, muy imprecisa, y sabía como hincarle el diente a la zaga de Deschamps. Despacio cuando lo pedía el partido, y decisión y rapidez cuando tocaba.
Tuvo un remate de cabeza Cristiano, Moutinho y Renato Sanches se imponían a Pogba y Kanté, y Tolisso, que entró por Rabiot para este partido, no solucionaba las carencias. Koundé, la otra novedad, estuvo muy nervioso y muy lejos del central del Sevilla. Portugal dominaba y Lloris hizo el resto. En su salida se llevó por delante a Danilo y Cristiano no falló. Ya van cuatro en esta Euro.
El gol dio alas a Portugal, que jugó sus mejores minutos. Francia estaba a punto de caer, sin ideas, pero entonces llegó la jugada del penalti. Todo quedaba igual para la segunda mitad.
Y a Francia se le puso todo de cara nada más arrancar el segundo asalto. Un balón a la espalda de la zaga lo recogió tras un buen desmarque Karim. Esta vez su ejecución fue perfecta. No tenía mucho angulo pero la cruzó impecable, pegó en el palo y entró. Tras unos minutos de incertidumbre alzaba los brazos. Era su segundo gol. La felicidad plena.
Enseguida llegó otra lesión de Francia. Digne había salido por Lucas tras el descanso pero aguantó cinco minutos. Si ante Hungría fue Dembelé, tras media hora en el campo, ahora le tocó al lateral, que había entrado por Lucas Hernández, con una tarjeta amarilla. Deschamps jugó con tres centrales y puso a Rabiot pegado a la línea para ayudar.
Con el gol, Francia estaba más cómoda. Con más espacios para correr, se mueve como pez en el agua. Pero tampoco Mateu dijo su última palabra. Koundé, tampoco. Una mano clara del central del Sevilla cerró su amargo estreno en partido oficial. Cristiano no perdonó. Y ya van cinco.
El partido volvía a empezar otra vez. Y volvía a rugir el Puskas Arena con el 1-2 de Hungría mientras en el césped Portugal y Francia ya iban a por todas. Pogba sacaba un derechazo desde la frontal que provocó una de las paradas del campeonato. Rui Patricio llegó a tocar ese balón que iba a la escuadra para dejarle en la madera. Milagroso. La fiesta estaba dentro del campo y en la grada.
Quien andaba en el alambre en realidad era Portugal. El triunfo de Hungría en ese momento había descolocado a todos. Un tanto de Francia podía dejarle fuera de la Euro. Pero el partido se fue durmiendo, para bien de los lusos. Parecía que los dos equipos bajaban la guardia y pactaban una tregua. Hubo tiempo para revisar sin embargo un posible penalti a Coman que habría supuesto el quinto penalti. Demasiado castigo habría sido para Portugal. Pero no hubo tiempo para más.
por Pablo Polo para Marca de España
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