China ha nadado para morir en la orilla… del medallero. El país asiático lideró desde el comienzo la tabla de metales gracias a sus éxitos en halterofilia y tiro en el primer día de competición. Esos dos oros tempraneros hicieron despegar al ‘dragón’ asiático hasta hacerles soñar con reeditar la victoria global ante Estados Unidos que consiguieran jugando en casa en los Juegos de Pekín 2008, donde lograron 48 preseas doradas por apenas 36 estadounidenses.
Sin embargo, la de delegación norteamericana ha vivido un fin de fiesta por todo lo alto sumando 8 nuevos oros entre el sábado y el domingo por apenas dos nuevos triunfos chinos para terminar de voltear la clasificación e imponerse por 39 a 38 (y 113 a 88 en podios totales). Las victorias tan esperadas como inapelables de las selecciones femeninas de baloncesto (90-75 ante Japón) y voleibol (3-0 a Brasil) sellaron, junto al triunfo de Jennifer Valente en Omnium femenino, un ‘sorpasso’ del que se llegó a dudar tras la primera semana de competición.
China ha nadado para morir en la orilla… del medallero. El país asiático lideró desde el comienzo la tabla de metales gracias a sus éxitos en halterofilia y tiro en el primer día de competición. Esos dos oros tempraneros hicieron despegar al ‘dragón’ asiático hasta hacerles soñar con reeditar la victoria global ante Estados Unidos que consiguieran jugando en casa en los Juegos de Pekín 2008, donde lograron 48 preseas doradas por apenas 36 estadounidenses.
Sin embargo, la de delegación norteamericana ha vivido un fin de fiesta por todo lo alto sumando 8 nuevos oros entre el sábado y el domingo por apenas dos nuevos triunfos chinos para terminar de voltear la clasificación e imponerse por 39 a 38 (y 113 a 88 en podios totales). Las victorias tan esperadas como inapelables de las selecciones femeninas de baloncesto (90-75 ante Japón) y voleibol (3-0 a Brasil) sellaron, junto al triunfo de Jennifer Valente en Omnium femenino, un ‘sorpasso’ del que se llegó a dudar tras la primera semana de competición.
La flor que se abrió el pasado 23 de julio y que ha contenido el fuego olímpico durante 16 días se ha cerrado este domingo definitivamente en Tokio, que ha despedido a los Juegos Olímpicos más difíciles de la historia.
Sin público, con numerosas restricciones por la pandemia de coronavirus, los Juegos de 2020, celebrados en 2021, serán recordados por su compleja organización, pero no por su emoción.
En ese sentido se ha celebrado la ceremonia que ponía fin a Tokio 2020, de nuevo sobria, de nuevo espectacular, de nuevo muy marcada por el virus y con mucha nostalgia.
El vacío de las gradas ha marcado un evento que suele ser festivo, en el que Japón ha rendido homenaje a quienes ya no están y a quienes han hecho posible la celebración de los Juegos.
“Lo hicimos”, ha dicho satisfecho Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, en el discurso en el que ha dado por concluidos los Juegos y ha dado paso a París 2024, que tomará el testigo, por primera vez en la historia, dentro de tres años.
Anne Hidalgo, su alcaldesa, ha sido la encargada de recibir la bandera olímpica y ya hemos visto las primeras imágenes de lo que serán los próximos Juegos, con centenares de personas celebrando desde la capital francesa el traspaso olímpico.
Muchos esperan que para entonces la pandemia permita ya celebrar los Juegos con la presencia de público en las gradas.
Una esperanza, como ha dicho la presidenta del Comité Olímpico Japonés, que no se extingue y que permanecerá hasta que de aquí a tres años se vuelva a encender la llama en París.
Sayonara Tokio. Salut Paris.
/Fuente: Marca y Yahoo de España
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