Dos golazos de su joven mediocampista le permitieron a la UC derrotar por 2-0 a Everton y aunque por primera vez no comenzará la segunda rueda como puntero, está claro que los cruzados seguirán muy firme en la pelea por conseguir el tetracampeonato
Hace largo rato que Marcelino Núñez viene siendo mencionado como una de las grandes promesas, no sólo de Universidad Católica, sino que de todo el fútbol chileno.
Pero, pocas veces había sido tan trascendente como en esta noche de domingo en San Carlos de Apoquindo, este muchacho de 21 años, hijo de una familia muy humilde de Colina, profundamente religiosa, que llegó siendo un niño a Universidad Católica, promovido al primer equipo por Ariel Holan y considerado como titular con Gustavo Poyet.
Porque de verdad que si hubo un factor de desequilibrio en este partido con Everton, ése fue Marcelino Nuñez.
De partida – y no es poco- anotó los dos goles.
El primero, a los 45´cuando terminaba el primer tiempo, apareciendo por sorpresa en el área y cabeceando desde la altura del penal para derrotar a Torgnascioli. Ojo, que para un jugador que no se destaca precisamente por su juego aéreo, el cabezazo fue de manual: hacia abajo, de pique al suelo y con una potencia que hizo inútil a estirada del arquero viñamarino.
Y el segundo gol fue a los 54´cuando Everton pretendía reaccionar en busca del empate. También fue un gol distinto a lo que son sus características. Porque Marcelino Núñez se destaca por lo bien que le pega en los tiros libres o la potencia de sus remates desde fuera del área. Esta vez, no. Recuperó una pelota cerca del medio campo y se fue directo hacia el área dejando rivales en el camino, Y cuando salió Torganscioli se la pinchó de zurda para colocarla junto al segundo palo.
EL CAMPEÓN NO HA ENTREGADO LA CORONA
Y va a costar quitársela. Es cierto que esta victoria lo deja con 28 puntos y a cinco del puntero Colo Colo. También es innegable que esta es la peor campaña de Universidad Católica en los últimos años y de hecho es la primera vez que no termina como líder al concluir la mitad de la competencia.
Pero, todo lo anterior no basta para descarta a los cruzados de la lucha por el título y anticipar que no habrá tetracampeonato.
Muy por el contrario, la UC dejó bien en claro que el campeón no ha entregado la corona, ni piensa hacerlo así como así.
Va tener que remar desde atrás, como no lo había hecho hasta ahora, pero a ninguno de los elencos que marchan en punta (Colo Colo, Unión Calera y Universidad de Chile que tiene el mismo úntaje, pero supera por diferencia de goles a la UC) se van a sentir muy cómodos sabiendo que ante cualquier traspié se les mete el rival al que nadie – por equipo y por plantel- desea enfrentar.
EVERTON SE AFERRA A LA COPA CHILE
El cuadro viñamarino es un equipo que, como adversario, resulta difícil para cualquiera. Porque tiene buenos jugadores, un arquero eficiente, una defensa segura, un medio campo batallador y un ataque que insinúa más de lo que produce.
Tal vez este último sea el déficit que experimenta el conjunto dirigido por Roberto Sensini: no tiene un jugador desequilibrante, como lo fiue por ejemplo Marcelino Núñez esta noche en Universidad Católica. O como lo es habitualmente en el conjunto cruzado, Larrivey en Universidad de Chile, Morales en Colo Colo e incluso Gonzalo Sosa en Melipilla.
Es cierto que por nombres, jugadores como Cecilio Waterman, Maximiliano C erato o Juan C uevas podrían asumir ese rol, pero hasta ahora lo han hecho a cuenta gotas y por lo msmo Everton tene solamente 15 goles a favor, superando únicamente en efectividad a O´Higgins y Santiago Wanderers.
Los ruleteros se mantienen aún en zona sudamericana, pero está claro que su principal obejtivo tiene que ser en lo inmediato la Copa Chile. Tienen que ir a defender una ventaja a Coquimbo y después, con eso ya estarían en la final. Es decir que son 180 minutos los que los separan de Copa Libertadores. Que es evidentemente un premio mayor.
/ por Nissin Alvo Rodríguez. Fotos Twitter Universidad Católica y Everton
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