El conjunto gallego salva los muebles ante el Osasuna gracias a una gran actuación de su portero argentino
Osasuna continúa con la pólvora mojada tras firmar un nuevo empate a cero ante el Celta de Vigo en la segunda jornada liguera en un choque que contó con ocasiones de gol que ninguno de los dos equipos supo aprovechar.
Navarros y gallegos fueron los encargados de bajar el telón de la segunda jornada liguera en el reformado coliseo rojillo que volvió a contar con su fiel hinchada, un público deseoso de poder celebrar el primer tanto en su estadio por primera vez desde marzo del año pasado.
Los primeros minutos fueron para un Celta que acompañó la posesión de balón con una gran movilidad por parte de los hombres de arriba con el objetivo de pillar desprevenida a la defensa rojilla. Al cuarto de hora, Osasuna arrancó motores para practicar un juego vistoso y eléctrico que volvió loco a los laterales visitantes.
Kike Barja realizó un control de maestro malabarista dentro del área que aprovechó su tocayo García sin tener la puntería necesaria para que su disparo se introdujera en el fondo de la red. Osasuna trianguló buenas jugadas para ahogar a los de Coudet.
A pesar del dominio local, Denis Suárez tuvo una clara ocasión. El exjugador del Barcelona disparó solo desde la frontal sin lograr dirigir el esférico entre los tres palos.
Tras los 15 minutos de descanso, el partido se reanudó con una oportunidad que pudo cambiar el devenir del choque. La gente todavía seguía colocándose en sus asientos cuando Carlos Domínguez cometió penalti sobre Kike García por un manotazo en el rostro del atacante conquense.
Rubén García agarró la pelota y lanzó la pena máxima hacia el centro antes de que el guardameta argentino Matías Dituro despejase con su pierna derecha el balón cuando se dirigía hacia el poste izquierdo.
Jagoba Arrasate quiso revolucionar el choque con dos cambios muy ofensivos con la misión de amedrentar al Celta y abrir el marcador. El Sadar recibió con una gran ovación a Ante Budimir y el argentino Chimy Ávila para intentar llevarse los tres puntos.
La intensidad fue la nota dominante en unos segundos 45 minutos en los que no quedaron registradas grandes ocasiones de gol. El cansancio se notó en las piernas de los 22 protagonistas.
Finalmente, el Celta, que jugó los últimos minutos con diez jugadores por lesión de Kevin Vázquez, sudó sangre para mantener el empate con un Ávila desatado que levantó a la grada con dos remates que estuvieron a punto de mover el electrónico.
El próximo fin de semana, el club gallego recibirá al Athletic y el navarro visitará al Cádiz.
/DiariodeAvila
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS