El arquero de Everton fue figura fundamental en el 0-0 que le permitióa los ruleteros clasificar a la final del segundo torneo nacional en importancia. Aplausos para los «piratas» que hicieron todo el gasto, pero no les alcanzó
Sin duda que el gol anotado por Waterman en el partido de ida, un penal en los descuentos, condicionó absolutamente este encuentro de vuelta.
Porque aunque los entrenadores se empeñen en decir lo contrario, lo cierto es que cuando están a las puertas de clasificar para una final y les sirve el empate, salen decididos a aguantar el cero a cero.
Que fue lo que hizo Everton desde el minuto1 en el Sánchez Rumoroso: jugar a mantener la ventaja alcanzada con ese 2-1 en el Sausalito de Viña del Mar.
Más aún cuando se cuenta con el respaldo de este absurdo reglamento de la Copa Chile que, al contrario de todos los campeonatos que se juegan en el mundo, no le da un plus al gol anotado como visitante.
Por lo mismo, los dirigidos por Roberto Sensini sabían que para eliminarlos, Coquimbo Unido necesitaba ganarles por una diferencia de dos goles y que si terminaban 1-0, aún les quedaba la chance de la definición por penales.
Se planteó en consecuencias un prtido en las cercanías al arco de Franco Torganscioli, que especialmente en elsegundo tiempo se convirtió en gran figura al tapar dos zurdazos de Esteban Paredes que tenían destino de red.
Pero no fue solamente su arquero el responsable de que el partido terminara con el marcador en blanco y por ende con la clasificación de Everton para la final del próximo sábado en Talca.
Porque el bloque defensivo también cumplió a la perfección. Y no hablamos sólo de los cuatro del fondo, liderado por un experimentado Julio Barroso, sino que a todos los que redoblaron esfuerzos en medio campo para estar conteniendo la primera línea de salida de Coquinbo Unido y tratar de doblarse en ataque cuando conseguían tener la pelota. En ese aspecto, Rodrigo Echeverría y Juan Cuevas también hicieron un partido notable.
APLAUSOS PARA COQUIMBO UNIDO
El cuadro del puerto nortino se va de la Copa Chile con la frente muy en alto.
Ha llegado con todos los merecimientos a una inédita semifinal de Copa Chile y ha sido un cabal representante de la Primera B, porque hasta el último minuto de juego entregó hasta su último esfuerzo por mejorar su suerte.
Inteligentemente, Héctor Tapia planteó un partido a sabiendas de lo que iba a ofrecer el rival. Para eso, dejó solamente como referencia de área a Leandro Garate, retrasó unos metros a Esteban Paredes y este conformó un eje con Carlos Carmona y Fernando Manríquez que abrió el juego a los costados y permitieron la llegada de mucha gente en ofensiva (En ese sentido, hizo mucha falta Jean Beausejour, ya que el partido estaba dado para sus características).
Pudo haberlo ganado perfectamente Coquimbo, pero lo empató. Lo que en la práctica equivale a una derota considerando el marcador global de 2-1. Sin embargo, su hinchada los despidido como lo merecían: con aplausos, premiando tanta entrega, tantas ganas de revertir elc resultado, tanto amor por la camiseta.
Pero, las cifras son irrebatibles y la clasificación de Everton también. Que, valga la pena aclararlo, llegara a la final por méritos propios, porque nadie le regaló nada. Por mucho que la gente de Coquimbo se haya quejado por dos goles anulados en el arco de Torganscioli.
/por Gerardo Ayala Pizarro. Fotos: Twitter Coquimbo Unido y Everton
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