El Barça luchó, pero no pudo ante un Madrid con pegada

Aunque el Clásico se presentaba como uno de los más desiguales de los últimos tiempos, el Barça plantó cara a un Madrid favorito. Tuvo sus opciones, fue valiente y no se rindió en ningún momento. El primer Clásico de la temporada, cuarto que el Madrid gana de forma consecutiva desde el de la segunda vuelta de LaLiga 2019-20, se puso cuesta arriba para los azulgranas gracias a un golazo de Alaba poco después de que Dest perdonase el primero para el Barça y quedó sentenciado totalmente en el descuento, a la contra, en un remate de Lucas Vázquez después de una transición de Asensio. De nada sirvió el 1-2, más anecdótico que otra cosa, cuando el público ya iba desfilando. Sin llegar a ser muy superior, el Madrid sí exhibió más oficio y más recursos que un Barça que fue de más a menos. Ocasiones claras en la segunda parte… bueno, cuesta encontrarlas.

Sin complejos, es cierto que el conjunto de Koeman buscó dominar el Clásico. Consiguió atenazar al Madrid y crearle incomodidad en un inicio, pero el equipo madridista gestionó la ventaja que le dio el gol de Alaba en su primer zarpazo. De nada sirvieron los intentos a la desesperada del Barça por empatar, con el ‘Kun’ Agüero y Luuk de Jong como delanteros, pese a que a un instante del final el ‘Kun’ se estrenó como goleador a la desesperada, dejando claro que no ha perdido su olfato en el área.

Quiso el Barça que se jugase cerca del área de Courtois y apretó para que así fuese. Y lo logró en el arranque de partido. Muchas recuperaciones altas de balón, aunque el Madrid dejó claro que esperaba el momento adecuado para desplegar sus transiciones, especialmente por la izquierda, donde Vinicius creaba muchos problemas a Mingueza. La banda derecha del Barça sufrió mucho, con Gavi sosteniendo el tinglado.

Un auténtico piscinero Vinicius, eso sí. Tanto como buen regateador. A la segunda ocasión en que superó a Mingueza, entró en el área y, esperando la entrada de su marcador, se tiró descaradamente en busca del penalti, emulando a grandes maestros del arte de engañar a los árbitros que le precedieron en su equipo. Butragueño, Cristiano, Amancio, Di Maria… Grandes piscineros. No engañó al árbitro, que sin embargo le perdonó la tarjeta, clarísima, por fingir.

Dest falla lo imperdonable

El primero que pudo avanzarse fue el Barça. De forma clarísima. Dest falló solo ante Courtois y en posición inmejorable de remate tras una acción de Memphis, que se fue tras una pérdida del Madrid, superó a Militao y centró. Tocó Ansu y el balón llegó, solo, al norteamericano, quien incomprensiblemente remató alto.

Remaba el Barça, pero perdonó su gran oportunidad, cosa que no hizo el Madrid. Al cabo de muy poco tiempo de la ocasión perdida por Dest, Alaba adelantó a los suyos con un golazo. Robó un balón ante Memphis en defensa, inició la transición pasándola a Vinicius y comenzó a correr. El brasileño, tras superar de nuevo a Mingueza, cambió el juego a la derecha, donde encontró a Rodrygo, que la devolvió en profundidad a la izquierda para la subida de Alaba, que marcó un golazo rematando lejos del alcance de Ter Stegen, con la defensa en falso en el repliegue.

Otra vez pudo marcar el Barça antes de la primera parte a través de Piqué en un remate de cabeza y en un disparo de Ansu bloqueado por Alaba, omnipresente, mientras que el Madrid ya no volvió a poner a prueba a Ter Stegen, más allá de una jugada con un fuera de juego que el árbitro en señalar. Pero al equipo de Ancelotti se le veía cómodo cuando comenzó el segundo tiempo, con la entrada de Coutinho en el Barça por un Mingueza que dejó para Dest la misión de controlar a Vinicius. No mejoró demasiado el panorama para el Barça, si bien el brasileño no culminaba sus vistosas escaramuzas.

Salida nuevamente agresiva de los azulgranas tras el descanso, esta vez con un 4-2-3-1 después de la entrada de Coutinho, un cambio de sistema habitual en Koeman. Y, como ha pasado otras veces, el efecto revulsivo duró poco: apenas diez minutos. Es verdad que pudo dar rédito en un remate de Ansu a centro de Memphis que detuvo Courtois, igual que hizo poco después Ter Stegen en un chut lejano de Mendy, pero lo cierto es que la ofensiva del Barça fue perdiendo gas con los minutos, al tiempo que el Madrid iba plantando sus campamentos más cerca de la portería barcelonista.

Otra vez se quedó Vinicius en inmejorable oportunidad tras un fallo de Dest y otra vez Vinicius erró: el propio lateral se enmendó al evitar el remate. Pese al fiasco, el Madrid ya imponía el ritmo que quería y, movido por Modric, generó al poco una gran acción colectiva con chut flojito final de Benzema a las manos de Ter Stegen.

Solo ante portería, Benzema falló el 0-2 tras combinación de tiralíneas con centro de Mendy, aunque probablemente si hubiese marcado el gol se habría anulado por fuera de juego. Pocos números de la rifa del balón de Oro sacó el francés en el Camp Nou. Pese a un chut de Dest que salió cerca de la portería blanca, el Madrid tenía el partido donde quería. La entrada de ‘Kun’ Agüero primero y después de Luuk de Jong por Gavi, uno de los mejores del equipo azulgrana, fue el último intento de Koeman por rescatar un punto, con un dispositivo atacante a la desesperada que no inquietó al Madrid. Al contrario: tras una acción en que Piqué pidió un penalti inexistente (más claras fueron unas manos anteriores de Kroos ante Frenkie de Jong en que se pitó falta del holandés en el salto), contra del Madrid, remate de Asensio que rechaza Ter Stegen y recoge Lucas Vázquez para sentenciar. El ‘Kun’ salvó después el honor con un remate desde el área pequeña.

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