El ex técnico de Iquique, que fuera despedido por la mala campaña de los nortinos. conoce a Universidad de Chile, porque fue jugador azul y también formó parte del staff técnico en la época de Jorge Sampaoli.
Esteban Valencia deja de ser el entrenador de Universidad de Chile. La caída frente a Curicó Unido, que terminó con la escandalosa invasión de parte de los barristas azules al campo de juego para amedrentar a los jugadores, terminó por colmar la paciencia del histórico exvolante. En el vestuario, el entrenador comunicó que dejaba el puesto que había asumido primero en condición de interino y en el que luego había sido ratificado al menos hasta diciembre por la nueva plana mayor de Azul Azul, que encabeza Michael Clark. El club laico se movió rápido y el reemplazante del Huevo está casi resuelto. Cristián Leiva, ex técnico de Deportes Iquique, asoma como la principal carta para sentarse en la banca.
Valencia no logró enrielar a la escuadra universitaria después de otra traumática experiencia: la gestión del venezolano Rafael Dudamel a quien justamente tuvo que suceder abandonando sus funciones en las divisiones menores del club. Aunque en principio alcanzó a mejorar la débil imagen futbolística que los laicos proyectaban con el llanero, con el transcurso del partido esas mejoras se fueron diluyendo. La recta final de la gestión del exmediocampista terminó siendo sencillamente nefasta para las aspiraciones del club y, ciertamente, para las del propio entrenador: cinco derrotas consecutivas, un equipo inseguro y cada vez más golpeado y, finalmente, la ruptura total y violencia con la hinchada. El balance es más amplio, pero igualmente categórico: ocho jornadas sin conocer de victorias.
Curiosamente, en la negra jornada de hoy en Rancagua, Valencia había sido uno de los pocos que se habían salvado de las reacciones de los fanáticos. A diferencia de lo que sucedió con Pablo Aránguiz y Thomas Rodríguez, quienes fueron los que más sufrieron con los insultos y amenazas, al Huevo al menos le respetaron su condición de referente institucional y, en alguna medida, hasta lo exculparon de la crisis. En ese sentido, los principales reproches recayeron sobre la gestión de Azul Azul, otra señal del fuerte divorcio que existe entre todas las partes del club laico.
Valencia fue el único que ofreció alguna mirada respecto del momento, aunque a través de una declaración a las plataformas oficiales del club. “Uno entiende la frustración que tiene la gente. No tengan dudas que nosotros somos los primeros que estamos sufriendo esta circunstancia de no poder ganar hace muchas fechas y en el cual cada uno de nosotros ha puesto su mejor esfuerzo por poder revertir esa situación”, declaró, justificando la airada reacción de los fanáticos. “No las validamos, porque entendemos que no es algo que esté dentro de lo que uno espera de los hinchas, pero hay que entenderlo. Afortunadamente no pasó a mayores y nos vamos tranquilos y pensando que el día jueves tenemos una nueva oportunidad para sacar adelante la situación”, complementó.
Sin embargo, hasta ahí, no daba luces de una decisión que, aparentemente, ya había adoptado. “No es un momento fácil. Lo tenemos que asumir. Hoy más que nunca tenemos que cerrar filas todos y en eso también nuestra gente es importante para que el apoyo siga estando para que desde su lugar todos seamos capaces de revertir esta situación que sabemos no es grata ni fácil para nadie”, decía.
/La Tercera
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