El defensor chileno fue titular y gran figura del equipo «Millonario» que se impuso por un contundente 4-0 a Colón de Santa Fe. El encuentro se disputó en Santiago del Estero
El inicio del partido en Santiago del Estero fue todo de River. Los dirigidos por Marcelo Gallardo salieron desde el minuto uno a imponer su juego, con una novedosa formación: 4-3-3 con Paradela por izquierda y Simón por derecha, casi de extremos, y Álvarez de única punta. En los primeros 15′ fue más que Colón, dominando posesión de pelota, territorio y con movimientos constantes de la Araña bajando a jugar para conectar con Palavecino y Fernández. Pero tras un rato de mucha intensidad, el encuentro se planchó y Colón empezó a molestarlo al Millonario, sobre todo cortándole líneas de pase en salida y obligándolo a saltear jugadores.
El Sabalero pobló el mediocampo con muchos jugadores y ejerció una importante presión en salida que obligó al Más Grande a caer en la imprecisión y carecer de profundidad, salvo algún arrebato individual de Álvarez. Así fue el desarrollo del partido en el tramo final del primer tiempo, con el juego brusco como principal protagonista (dos amonestados por equipo al cabo de 45 minutos), hasta que apareció el hombre del momento, «la araña que pica».
River arrancó el segundo tiempo con la tranquilidad de tener la ventaja pero nunca dejó de ir a buscar el segundo y lo consiguió a los 12′. Como si tuviera un imán, otra vez apareció Julián Álvarez en el área chica. Pared entre Fernández y Paradela, centro del ex Gimnasia y Julián no pudo en la primera anticipándose pero si en la segunda. La Araña se inventó otra jugada extraordinaria, marcó el segundo del Millonario para casi liquidar el partido y además sumar 20 goles en su cuenta personal del semestre.
Con el 2-0, el partido se terminó. Colón sintió el golpe y ante la impotencia de no poder generarle peligro a Armani (salvo algún centro aíslado), empezó a dejar cada vez más espacios atrás y el Millonario nunca dejó de intentar, con un Carrascal enchufado y un Álvarez que buscaba su hat-trick. Los del fondo volvieron a tener una noche estupenda, sobre todo Paulo Díaz, y convirtieron a la defensa en una muralla, además de ser fundamentales en la generación de juego.
Para que la fiesta fuera completa tenía que ingresar él, Leonardo Ponzio. Junto con Galván y Rollheiser, Gallardo mandó a la cancha al León, quien pudo disfrutar de su último partido como jugador profesional y lograr su título número 17 para convertirse en el jugador más ganador en la historia de River. A los 39′ con el trámite ya resuelto, Benjamín Rollheiser le puso la frutillita del postre a la noche y marcó el 3-0. Un gol que nunca se va a olvidar por ser el primero con la camiseta de River.
Con el partido ya desvirtuado y con lamentables incidentes en la tribuna entre ambas parcialidades, Carrascal sacudió de derecha en el último minuto para poner el 4-0 final y desatar la locura de las 15 mil almas riverplatenses presentes en el Estadio Madre de Ciudades.
Un año que había arrancado de la mejor manera con el título en la Supercopa ante Racing pero que se tornó oscuro con la eliminación ante Boca inmerso en los casos de Covid y quedando en el camino en la Libertadores y la Copa Argentina, River lo cierra consagrándose campeón de la Liga Profesional y del Trofeo de Campeones. Con números aplastantes, con un juego vistoso, con rendimientos individuales sobresalientes. Título número 14 para Marcelo Gallardo en el club de sus amores. River volvió a salir campeón a lo River.
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