El equipo verdiblanco, sin Guido ni Fekir de salida, cayó ante un Celta que le quitó el balón y decidió con anotaciones de Iago Aspas
El Betis se dio un duro trompazo en el salto de año, sufrió una inesperada y muy dolorosa derrota contra el Celta (0-2) y con su cero de seis en las últimas dos jornadas ve frenada su poderosa trayectoria en la Liga, aunque aún ostente ese brillante tercer puesto en la tabla.
La plaga de positivos también afectó a béticos y célticos, más incluso a los gallegos, que saltaron al cuidado prado de Heliópolis con un once muy remendado. Pero quien enseñó más las costuras fue un Betis que, en su estreno del 2022, no se pareció ni por asomo al equipo punzante, valiente, insistente y peligrosísimo que con tan buena mano ahormó Manuel Pellegrini en 2021. El Celta no es buen compañero de viaje si quieres retener la pelota y construir la victoria desde la posesión. Y menos aún si la intensidad del colectivo no es plena para evitar que el enemigo te arrebate el cuero. Y eso fue lo que sucedió.
El Celta combinó rápido y al primer toque, burlando así la blanda oposición de Guardado y Carvalho por dentro o la de Bellerín y Lainez en el costado derecho de los béticos. En los pasillos interiores, Fran Bertrán tuvo espacio y tiempo para sacarla jugada a los talentosos de más arriba, Brais desde la derecha, Denis Suárez como pieza más cercana a los puntas y Cervi por la izquierda. Y como los laterales, más Galán que Aidoo, subieron con frecuencia, tanto Brais como Cervi ayudaron lo suyo a crear superioridad en la zona ancha para hacerse con la pelota.
Las ausencias de Guido Rodríguez y Fekir, dos jugadores capitales en este Betis, se hicieron notar demasiado en la primera parte. La baja del mediocentro argentino derivó en esa palmaria debilidad en las transiciones interiores del Celta hacia el área de Rui Silva. Y la baja del genio francés se hizo aún más decisiva con la nula aportación de su sustituto según la decisión, no se olvide esto, de Manuel Pellegrini: Diego Lainez. El mexicano cruzó los primeros 45 minutos tratando de encarar sin éxito, hostigado y desbordado por la marca pegajosa y eficaz del lateral olívico, Javi Galán. Y para más inri, perdió la pelota final que acabó en el 0-2 de Iago Aspas.
Santi Mina arrancó por la izquierda con todo el carril, su pase a Aspas no fue bueno pero Víctor Ruiz erró en el corte, al querer cruzarse y salir con la pelota en lugar de despejar. Le abrió la puerta a Aspas, que robó el balón, burló al central y a Rui Silva y marcó con su derecha.
El flanco derecho del Betis no deparó peligro alguno hasta el intermedio, pero tampoco el siniestro repitió, ni de lejos, la torrencial profundidad de partidos precedentes con Álex Moreno como destacado intérprete. Cosas de este caprichoso juego llamado fútbol: las bajas habían llevado al Chacho Coudet a tener que desplazar al lateral a un central como Aidoo y a retrasar al medio Okay al puesto de central diestro, lo que sonaba a bicoca para los verdiblancos. Y lejos de eso, la zaga gallega se manejó con pasmosa soltura en la primera mitad, en la que los verdiblancos sólo remataron con tibio peligro en dos ocasiones: William Carvalho con un testarazo al saque de un córner desde la izquierda, que detuvo Dituro sin problemas (18’) y un zurdazo raso y desviado de Canales en una incorporación del propio Carvalho por la izquierda (28’). Nada más.
En cambio, cada salida del Celta contenía veneno. Ya avisó Santi Mina pero Rui Silva adivinó el ángulo elegido por el delantero (8’). Poco después Aspas tiró flojo a las manos del portero luso. Y a la media hora, Álex Moreno rozó lo justo ante Mina. Pero a los 35 minutos, Guardado se excedió en su contacto ante Cervi dentro del área y Soto Grado sancionó la contundencia del empujón. Si no lo pita, el VAR no lo avisa. Pero penalti, fue. Aspas lanzó al centro cuando Rui Silva ya se venció a su izquierda y marcó el primero.
Pellegrini introdujo a Rodri por Lainez tras el descanso y eso soltó algo a Bellerín, pero no lo suficiente para descentrar al Celta. Ya al filo de la hora, Fekir entró por Guardado, Canales se retrasó y Borja relevó a Willian José. El francés trató de sacudir el árbol entre líneas, pero siempre lo cerraban varios con solvencia.
Y ya en el 80, Tello sustituyó a un cansado Canales y Juanmi actuó junto a Borja. Tampoco funcionó. De hecho, Mina firmó las dos ocasiones más claras del segundo acto, poste incluido. Por ahora, 2022 no se asemeja al 2021 en verdiblanco.
/DiarioSevilla
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