Buenas noticias para Martín Lasarte, que ante la ausencia de Arturo Vidal para la doble fecha clasificatoria, por lo menos ya cuenta con varias opciones para su reemplazo ante Argentina y Bolivia
El rancagüino estuvo dos semanas fuera en el Cádiz por lesión, pero este sábado hizo su reaparición en el triunfo por 2-0 ante el Levante.
Tomás Alarcón fue suplente e ingresó en los últimos diez minutos de partido, por lo que llegará con fútbol para los duelos vitales de la selección chilena.
El efecto Sergio
Sergio da aire al Cádiz y ahoga al Levante. Es un resumen rápido, pero tan real como la vida misma. El equipo andaluz se impuso en el Ciutat y el equipo local se hunde un poco más. Tanto, que pensar en la salvación parece una utopía. Realmente lo es. La cosa acabó tan mal que la grada del Levante cantó con fuerza el «Quico vete ya» que tanto daño hace refiriéndose a su presidente.
Saltó el Levante al Ciutat encendido. Como si acabara de tomar mil litros de esas bebidas energéticas que consumen los chavales. A tope. A los dos minutos una carrera de cincuenta metros de Morales encendió ya la grada. Era ganar o morir y los de Lisci querían empezar amedrentando al rival. Y a fe que lo consiguieron. Al menos en los primeros 25 minutos. Llegaron por todos lados con varias ocasiones claras. Roger la tuvo, también el comandante…. pero Ledesma estuvo firme, sin errores y poco a poco la cosa se fue nivelando.
Sergio tenía la primera parte del plan en el bolsillo. Detuvo el arranque de toro bravo local defendiendo con orden y sin cometer errores en la zaga. Con este primer paso dado había que intentar dar algún susto al rival y para eso tener un ‘tiburón’ en el equipo es mano de santo. La primera que le llegó la hizo gol. Porque Negredo es gol. Un centro del Choco le sirvió para elevarse con sencillez por encima de Miramón y colocar un testarazo preciso a la base del palo. De manual.
En la segunda mitad el Levante salió más tranquilo. Quería, pero no podía. Y los minutos pasaban . Tan rápido que la desesperación acabó apareciendo. Nervios, precipitación y errores. Uno definitivo. San Emeterio se adelantó a todos, asistió a Alejo que remontó la línea de fondo para darle el gol a Selvi. Celebración, bronca y el Levante hundido. Al equipo granota se le acaban las balas. Ya no tiene ni cargador. En pleno mes de enero está tan lejos de la salvación que le espera un auténtico calvario. Drama.
/Marca
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