El Barça se enchufó en los últimos compases con Gavi, la electricidad de Dembélé y el carisma de Luuk de Jong
El FC Barcelona se jugará su pase a los octavos de final de la Europa League en el Diego Armando Maradona de Nápoles. Ferran Torres se redimió igualando de penalti el tanto inicial napolitano y el equipo acarició la remontada en un final de partido de locos.
El Barça salió con la idea de presionar muy arriba con Nico mordiendo en la medular y Pedri acompañando más en la creación a Frenkie de Jong, quien actuó de pivote por el descanso de Busquets. El equipo apretaba en bloque y Aubameyang recuperó un balón de oro nada más empezar que Pedri culminó con un disparo algo desviado.
Las sensaciones eran buenas, con el equipo mordiendo, y Mingueza especialmente activo en la derecha en la recuperación. Nico también lo probó de lejos desde este flanco en el que Adama buscaba el uno contra uno con la chispa que ha ofrecido desde su aterrizaje en el Camp Nou.
Los barcelonistas dejaban al Nápoles sin margen, aunque en realidad tampoco era un escenario que incomodara a los italianos. Al primer largo que pudieron enviar a Osimhen ya generaron una gran ocasión. Piqué no llegó a taponar y Ter Stegen pudo mandar a córner.
Ferran perdona y el Nápoles golpea
El partido se abrió durante unos instantes y el Barça perdió este mini combate. Aubameyang dejó a Ferran Torres solo ante Meret, pero disparó mal con todo a favor en el área. La respuesta inmediata acabó con otro signo en el área contraria. Elmas recortó a Jordi Alba, dejó a Zelinski, cuyo primer remate fue desviado por Ter Stegen, aunque el balón le volvió a sus pies y a la segunda no perdonó.
El Nápoles apenas requirió de dos aproximaciones para marcar y el dominio del Barça fue estéril con un Ferran Torres que lo remataba todo, pero nada iba bien en buena dirección. Su buena actitud y movimiento no se traducían en premio.
La segunda parte se inició con un Barça aún más volcado y un Nápoles encantado de poder salir a la contra. Osimhen se fue de nuevo de Eric Garcia y Piqué cuando encontró el espacio, pero nadie lo acompañó y apenas pudo centrar.
El guión solo podía alterarse con algún accidente, como así ocurrió. Un centro de Adama rozó en los dedos de Jesus. Aubameyang protestó el VAR lo revisió. Avisaron al colegiado y señaló penalti después del visionado televisivo. Ferran, pese a su errores anteriores, tuvo personalidad, cogió el balón y marcó como hacen los cracks. Levantando la cabeza, esperando el movimiento del portero y lanzando al otro lado. Un gol para recuperar confianza.
El efecto Dembélé y Luuk
El Barça quería más y Aubameyang buscó la escuadra sin éxito. Xavi agitó el partido con un triple cambio dando entrada a Busquets, Gavi y, sobre todo. Dembélé. Como era de esperar, Ousmane fue pitado a su entrada y cada vez que tocaba el balón hasta que llegó un cierto indulto con alguna acciones individuales en las que desequilibró.
El Nápoles, por su parte, se conformaba de forma descarada con el empate y Spalletti incluso cambió al peligro Osimhen. Un empate menos valioso que antaño al no valer doble los goles en campo contario.El Barça, con un Gavi muy activo, lo seguía intentando, pero falta punch. El último recurso fue Luuk de Jong, ovacionado, aunque quien la tuvo fue Ferran Torres con otro remate que se le fue en una posición franca. Luuk también pudo marcar con una chilena espectacular, que se marchó por poco. Dembélé rompía por la derecha, si bien Martens también perdonó el posible 1-2.
El final fue de locos con Pedri lanzando desviado un pase magnífico de un Luuk de Jong renacido. Un brutal golpe de cabezas entre Fabián y Gavi enfrió los ánimos y no hubo tiempo para más.
/Sport
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