La Almudena, Puerta del Sol, Plaza de Cibeles y el Bernabéu. El tour guiado del Real Madrid por los rincones más selectos y castizos de la capital de España no podía acabar en otro lugar que el coliseo de La Castellana, que sigue mudando la piel a la espera de convertirse en otra palanca para impulsar el poderío del Madrid.
Mientras culminan las obras, con el estadio oliendo a polvo y acero, el Madrid celebró la Decimocuarta en el escenario en el que ha fraguado las grandes noches de su leyenda. Desde aquellos revolcones inopinados a Derby County o Celtic de Glasgow a las remontadas ochenteras ante Anderlecht, Borussia Monchengladbach o Inter de Milan, para hacer cumbre esta temporada con la madre de todas las trilogías: PSG, Chelsea y City. Al Liverpool no se le doblegó en el Bernabéu, pero hasta allí se trasladó el impulso mágico del madridismo, que fue ganando fe con el paso de las eliminatorias hasta convertirse en una potencia inabordable.
MAESTRO MIKI NADAL
Miki Nadal fue una vez el maestro de ceremonias en el Bernabéu, pero el peso de la fiesta volvió a recaer en la hinchada, de nuevo más de 55.000 almas (todo vendido) celebrando la conquista de la copa más deseada. Tras los baños de masas en Sol y Cibeles, la hinchada puso la guinda en una ceremonia cargada de energía y emotividad. La primera la pusieron los héroes de la Decimocuarta, como el Courtois imbatible de París, el Benzema líder silencioso pero cargado de determinación, el eterno mago Modric y ese Vinicius criado a los pechos del Bernabéu, que ha sabido disculpar sus pecados de juventud con la esperanza de que convirtiera en lo que hoy ya es: un jugador que gana títulos para el club.
INDULGENCIA PLENARIA
También fue noche de despedidas, y en ese capítulo la escena estaba preparada para Marcelo, que no hubiera podido soñar una despedida mejor. Capitán del equipo campeón de Europa y recordman absoluto del palmarés madridista, superando al mito Gento. También fue la última noche en Chamartín de Isco y Bale, dos futbolistas que han ido perdiendo peso de forma alarmante con respecto a la penúltima Champions (Kiev, 2018, también ante el Liverpool), pero a los que el Bernabéu no hizo reproches. Hubo indulgencia plenaria porque no estaba la noche para estropearla con pequeñeces y trivialidades.
LOS HÉROES DE LA 14ª
El acto en sí empezó con bastante retraso. En la espera hubo algún recuerdo a la mamá de Mbappé, pero la cosa no cuajó porque la gente no estaba para bilis. A eso de las once empezaron a desfilar los protagonistas, con Carlo Ancelotti abriendo el paseíllo, seguido por su staff. Después, vestidos ya de corto, los futbolistas, en teoría en orden inverso a los dorsales (Fuidias fue el primero), pero no hasta el final. Con todo, el público tuvo ocasión de rendir pleitesía a los héroes de esta Champions: Rodrygo, Vini (que salió bailoteando), Fede (tremenda ovación para el uruguayo), y, sobre todo, Modric, Benzema y Courtois, los tres futbolistas troncales del bicampeón de Liga y Champions.
LA NOCHE DE MARCELO
El clímax llegó con la salida de Marcelo al césped, en último lugar y con la orejona en las manos. Nada más pisar la pasarela que llevaba al cubo de pantallas del círculo central se arrodilló, porque para él era la noche, su última noche en el Real Madrid. «Es un momento maravilloso en mi vida. Cierro un ciclo aquí, en el mejor club del mundo», anunció Marcelo, de nuevo hecho un mar de lágrimas ante los gritos de «¡Marcelo, quédate!» de la grada.
«Hoy no es un día de tristeza, sino de alegria, porque hemos ganado otra vez más, el mejor campeonato del mundo. Muchas gracias, estoy muy orgulloso, gracias por las noches mágicas que hemos vivido. Y una cosa: el futuro del Madrid está muy bien con los jóvenes. ¡Hala Madrid!».
El grito de Marcelo dio paso a otro de los momentazos de la noche. Ancelotti agarró el micro y, como en la Décima, se arrancó con el himno de Jabois, que ha hecho fortuna entre la hinchada. El estadio vibró al grito de «¡Madrid, Madrid, Madrid, y nada más, hala Madrid!», antes de la vuelta de honor al césped, junto a todos los empleados del primer equipo. Eso fue todo… ¿hasta la próxima?
/escrito por Santiago Siguero para Marca de España
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