Los de Galtier ganan, convencen y golean a un Montpellier que salió a la defensiva
Nueva jornada, otra goleada del PSG, esta vez por 5-2. Así se podría definir el segundo partido de los de Galtier en la segunda jornada, que igualaron la manita de la primera fecha y lanzan otro aviso a los próximos rivales parisinos.
Un partido que arrancó espeso, lento, pausado, con calma y un Montpellier encerrado a verlas venir. Una táctica efectiva hasta el gol en propia de Sacko. Una recuperación en área contraria, el balón para Kylian, un pase de la muerte a donde no había nigún compañero y Sacko la introdujo con muy mala suerte, una mala suerte que abrió la lata y rompió el partido.
La avalancha parisina tuvo sus frutos cuatro minutos después. El propio Falaye Sacko tocó con la mano una internada de Messi en el área cuando se disponía a regatearle. Cambio de lanzador y 2-0 en el luminoso. Neymar no tuvo piedad de un Omlin que estaba siendo el héroe local.
Un Jonas Omlin que evitaba una goleada prematura, primero en una grandísima intervención al remate de penalti de Mbappé, quién voló a su izquierda para rechazar el remate del francés. Posteriormente un vuelo sin motor a una falta que Messi no suele fallar, y en la tercera ocasión de nuevo ante una jugada combinada que Messi remata para que el suizo vuelva a intervenir.
La efectividad del tridente
La segunda mitad sólo continuó la tónica de la primera. Ataques y más ataques locales que dieron sus frutos tras un error de Omlin que remachó de cabeza Neymar. Como respuesta visitante, el técnico adelantó líneas, unas líneas que dieron el gol de Kharzi tras el rechace de Donnarumma. Pero el gol de ratón de Kylian y el remate de Renato Sanches sólo pusieron la guinda a otra manita que fue empañada por los dos goles visitantes, el último en la última jugada del partido. Ni falta hizo que valiese el que era el hat-trick de Neymar tras un magistral pase por alto de Messi.
Con esta nueva manita, el PSG sigue en lo más alto de la tabla, y no da la sensación de que vaya a abandonar la cabeza de la tabla tan fácil. Lo que sí manda es un serio aviso a sus rivales, que tendrán que trabajar la parcela defensiva para evitar la racha de goleadas que acumulan los parisinos.
/Marca
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