Al igual que Inglaterra, Gales, Dinamarca, Alemania, Holanda y Suiza, la selección de Bélgica renunció a que su capitán, Eden Hazard, portase el brazalete ‘One Love’ en su primer partido del Mundial ante Canadá (1-0).
Una decisión tomada tras el anuncio de la FIFA de que los jugadores que lo llevaran serían amonestados con tarjeta amarilla. Preguntado por esta elección de renunciar al brazalete de apoyo a los derechos LGBTQIA+, Eden Hazard admitió sentirse avergonzado.
«No me siento cómodo hablando de eso porque estoy aquí para jugar al fútbol», dijo el jugador del Real Madrid. «Nos condicionaron un poco con la amenaza de sanción. No quería comenzar el partido con una tarjeta amarilla, habría sido un problema para el resto del torneo».
Alemania, también afectada por la negativa de la FIFA, envió un contundente mensaje al acusar al organismo internacional de censura. Los jugadores se llevaron así las manos a la boca en el momento de la foto oficial antes de que en las redes sociales se publicara una nota de prensa de la Federación para denunciar la amenaza de sanciones esgrimida por la FIFA.
Preguntado por este gesto simbólico, Hazard sorprendió vinculándolo con la inesperada derrota de los alemanes ante Japón (2-1). «Sí, pero después perdieron el partido», respondió el capitán belga. «Hubiera sido mejor no hacerlo y ganar. Estamos aquí para jugar al fútbol. Yo no estoy aquí para enviar un mensaje político. Queremos estar centrados en el fútbol«.
/Marca
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