Dominik Livakovic fue clave en los 120 minutos ante Brasil y determinante en la serie, en la que le atajó el primer penal a Rodrygo.
Héroe. Como Danijel Subašić en 2018, en aquella serie frente a Rusia en octavos de final. Héroe de Croacia, otra vez él, como frente a Japón. No sólo por ese penal que le adivinó a Rodrygo, el primer shoot que condicionó a Brasil.
Dominik Livakovic desvió prácticamente todos los tiros posibles: sólo sufrió por el talento de Neymar en el 0-1. Sin embargo, el empate de Petkovic le permitió tener revancha. Y la aprovechó.
Mitoma, Minamino y Maya Yoshida entienden lo que siente por dentro el juvenil talento del Real Madrid que falló ese remate que bautizó la definición: ellos también padecieron la intuición y los reflejos de Livakovic, quien a la vez adivinó la intención de Casemiro aunque no llegó a desviar.
Sin embargo, el goalkeeper del Dinamo e iniciado en el NK Zagreb, de 27 años, no sólo fue determinante en los penales: a su vez brilló en los 120 minutos de juego, cuando Brasil se empecinó en aguijonear.
El partidazo de Livakovic
Las estadísticas marcarán que este arquero de 1,86 metro, hijo de Zdravko Livakovic, ex Ministro de Transporte e Infraestructura de Croacia, y nieto de un radiólogo y de una profesora de inglés, contuvo 11 tiros, siete de ellos en el área chica.
Pero los números no discriminan entre una tapada fácil y las bravas que Dominik ensayó para clasificar a su selección por segundo Mundial consecutivo a las semifinales.
No marcan, las planillas, que una de estas tapadas fue a un compañero suyo, Gvardiol, quien en el afán de despejar un centro bajo de Raphinha rechazó hacia atrás y forzó una estirada de pierna derecha del arquero para evitar el gol.
Tampoco vale doble, aunque debería, esa bola que le rechazó a Neymar, quien quedó mano a mano luego de un pase filtrado impecable de Richarlison.
Livakovic también sacó un tiro de Vinicius Jr., otro de Ney con menor filo… Y aunque está claro que el crack de Brasil logró vencerlo con un slalom de futsal, lo posterior terminó opacando tal desventaja transitoria…
Y entonces, fue héroe de nuevo. Como en aquella definición de Europa League ante el Tottenham, cuando con el buzo del Dinamo Zagreb le desvió un tiro a Harry Kane para avanzar a cuartos de final.
Como en la ronda previa, siendo verdugo nipón y alcanzando el récord del arquero portugués Ricardo y de su compatriota Subašić, tapando tres tiros en una definición de penales de un Mundial.
Un héroe gigante que Croacia aclama.
/Escrito por Nico Berardo para Olé de Buenos Aires
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