El Real Madrid sufrió, lo pasó mal, Courtois evitó tres veces el gol del Valladolid, nunca se sintió cómodo y jugó un fútbol romo en Zorrilla. Todo eso pasó, sí, pero, como tantas otras veces, el partido se le puso de cara en dos minutos. Un penalti de VAR transformado por Benzema, una roja a Sergio León y una contra culminada otra vez por Karim dieron los tres puntos a los blancos. La prueba que suponía volver a LaLiga tras casi dos meses de parón, superada.
El partido arrancó como si ambos equipos hubieran jugado siete días antes, como si no hubiera existido el Mundial. Ancelotti, que apostó por Asensio, Vinicius y Benzema, solo se permitió el lujo de alinear a Ceballos entre los menos habituales. El resto pueden aparecer en todas las quinielas. A la hora de la verdad, el peligro llegaba siempre con la misma firma, la de Benzema, que fue expulsado de Qatar por Deschamps y tenía ganas de reivindicarse. Fue el francés quien se la dejó suave a Asensio para que probara a Masip y también quien falló (incomprensible) un remate en el área pequeña con todo a favor. Para Vinicius tampoco había pasado el tiempo: al mínimo contacto, al suelo. Si solo se dedicara a jugar a fútbol sería el futbolista que tantos prevén porque lo cierto es que, cuando le llegaba el balón, pasaban cosas.
Ancelotti, desde la banda, protestó unas manos de Javi Sánchez en el área tras una jugada de Ceballos. Munuera Montero entendió que eran involuntarias y, además, el jugador caía cuando la pelota le impactó en el brazo, que de eso no hubo ninguna duda. En el otro área, Iván Sánchez lideraba toda la ofensiva pucelana. A veces se sumaba Óscar Plano. O Roque Mesa, que llegó por banda izquierda y cedió con mucho peligro a Sergio León, que estuvo fallón. Fue la mejor ocasión para los de Pacheta. Hasta que, cuando se llegaba a la media hora, Javi Sánchez se incorporó al ataque para probar el disparo a la media vuelta. El Valladolid aceptó el reto del rival sin miedo, presentando candidatura a la victoria llegando al área de Courtois con criterio.
Los blancos, que se intuían mejor equipo, se perdían entre las protestas constantes al árbitro por supuestos penaltis que no pasaban de forcejeos inocentes. Los vallisoletanos se unieron a las quejas tras una caída de Sergio León por derribo de Alaba. Lo cierto es que los locales llegaban mucho y llegaban bien. Hasta el punto de obligar a Courtois a lucirse tras un disparo desde fuera del área de Aguado.
El Real Madrid sufría por el resultado y sobre el césped y su única apuesta empezaba a ser «balones a Vinicius». Sobre todo cuando arrancó la segunda mitad. El brasileño estaba en todas, aunque muy bien vigilado por Iván Fresneda, un valiente de 18 años que no rechazaba ningún duelo. La intensidad del primer tiempo empezó a pasar factura, sobre todo en el Valladolid. Pacheta cambió a Iván Sánchez por el mundialista Gonzalo Plata y, a los cuatro minutos, lo hizo obligado con Escudero y Roque Mesa, entre fundidos y lesionados. También Ancelotti metió a Lucas Vázquez y Rodrygo por Carvajal y Asensio.
A media hora para el final quien dio un paso al frente fue el Valladolid, que metió en el área a los blancos. Dos córners seguidos: en el primero Aguado probó el gol olímpico y Courtois lo evitó; en el segundo el belga también se lució tras un cabezazo de Sergio León. Thibaut en ‘modo salvador’ y Vinicius en ‘modo Vinicius’ respondiendo con una definición indescifrable. Cuando más agobiado estaba el Madrid, Gil Manzano avisó a Munuera Montero de un posible penalti por manos de Javi Sánchez. Miró la pantalla y señaló los once metros. Benzema no falló. Uno de esos partidos cuyo guión sirve para tantos otros. La propina fue la roja directa a Sergio León por protestar. Karim puso la sentencia culminando una contra en el 89′.
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