Su pelea es el descenso y, jugando así, va a comprar todos los billetes para bajar a Segunda. Sampaoli se empeña en un tipo de fútbol. que no da resultados
A este Sevilla no le duran nada las alegrías ni la paz. Menos de una semana después de coger oxígeno ante el Getafe, los hombres de Sampaoli se pegaron un tiro en el pie en Montilivi, donde se pusieron por delante en su primera opción, para llegar al descanso con ventaja, y sufrieron una remontada cuando mejor parecía que podían estar para resolver el partido y encadenar dos victorias. Un Girona que fue de más a menos y justamente en su valle fue capaz de encontrarle las cosquillas a un conjunto nervionense que no se cansa de regalar ocasiones. Jordán hablaba en la previa en MARCA de que la salida de balón con riesgos es «Religión» para su entrenador. Innegociable. Stuani empató en la primera jugada del segundo periodo, para que Yangel Herrera aprovechase un regate de Nianzou en su borde del área, tratando de regatear con dos hombres encima y siendo el penúltimo jugador, un paso por delante de Gudeñj y con tres rivales acosándole. La peor forma de echar por la borda el trabajo de dos meses. Una idea que destrozó Míchel, que sabía esta manía y defecto sevillista. La imagen del Sevilla y su futuro pintan muy negro.
Hay equipos que tardan en entrar por los ojos y otros que te dejan boquiabierto a la primera impresión. Este Girona de Míchel se ha ganado el derecho de ser el equipo más atractivo del torneo, con permiso del Rayo de Iraola y del Athletic cuando está fino. No contemporiza. Muerde. Y siempre busca portería. A los diez minutos ya había disparado hasta en cuanto ocasiones sobre los dominios de la portería defendida por Bono. Porque este Sevilla está abajo por muchos motivos, pero uno es sin duda la alegría con la que regala medios goles, cuando no lo son completos. Después hay que meterlos superando a Bono, que es otro cantar. Un error de Fernando al comienzo permitió que Riquelme probase puntería. El siguiente error del brasileño, jugando de libre, ofrecía a Stuani un mano a mano que sacaba Bono con el pie. Sampaoli tardó unos minutos en retrasar a Gudelj y adelantar al brasileño. Fernando es cien veces mejor por delante. El parche defensivo le está terminando por desquiciar.
El siguiente regalo sería de Nianzou, uno de los grandes especialistas del Sevilla en esta nueva categoría futbolistica, que encabezan sin duda los sevillistas. Iván Martín quiso hacer un gol de bandera con una vaselina. Se le marchó fuera por poco. El Sevilla estaba noqueado por un Girona que había estudiado el empecinamiento andaluza en sacar el balón jugado, pese a sus dudas a la hora de hacerlo. Sin embargo, el fútbol tiene siempre giros dramáticos en sus historias. El propio Nianzou cabeceaba como el mejor de los delanteros un magnifico centro a balón parado de Rakitic (muy lejano). Se adelantaba el Sevilla con la primera que tenía. Y este gol fue un impulso para su fútbol. Porque ahora su presión (con Fernando 20 metros más arriba) sí surtía efecto. En cualquier contra podía llegar el segundo. No estuvieron finos en los últimos metros, con un Óliver Torres (otra vez) muy activo. El Girona quería entrar por banda, pero descuidaba las mismas a sus espaldas. Tremendo ritmo de encuentro. Podía pasar de todo en ambas áreas. Nadie era capaz de ponerle pausa al choque. Los locales no querían, mientras los visitantes no podían.
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