El Manchester City siempre está ahí. Ni cuando el Arsenal se escapó en el liderato en siete puntos se desesperaron los de Guardiola, una amenaza constante aunque apenas se les vea en el horizonte. Los sky blues no tienen vértigo en la Premier: han levantado cuatro de las últimas cinco Ligas y juegan con esa presión que atenaza, antes o después, a sus rivales.
Los gunners, inmersos en su primera crisis del curso, han visto su ventaja dilapidada en 11 días con tres pinchazos. Arteta y sus jugadores fueron a por el City sin complejos y con su fútbol total y el vigente campeón les noqueó (1-3) en el fortín del Emirates agarrando el primer puesto.
Son líderes por mejor diferencia de goles (+36 por +26) pero tienen un partido más. Si el Arsenal vence al Everton en casa volverá a la cima con sus tres puntos de ventaja… pero el monstruo ya ha venido a verles. Y da miedo.
A los londinenses les va la marcha. Pocos equipos -casi ninguno- le juegan al City de tú a tú, arrebatándole la posesión -los celestes tuvieron un ¡37%!- y sacando siempre el balón desde atrás a riesgo de que la presión cityzen te arrolle y te sonroje con un robo en una zona crítica. Arteta quiere el premio gordo y va a jugar sin reservas les muerdan Haaland o quien sea los tobillos.
Pero el City, sin perder su identidad, sabe moverse en estos ambientes. Guardiola, alejado del ‘estilo es innegociable’, tiene muchos registros. Sabe que, en ocasiones, hay que cambiar el esmoquin por el mallot. Correr en vez de controlar. Poner a Bernardo Silva de lateral y rectificar en el descanso. Y así jugaron con un Arsenal que le metió un ritmo tan intenso al duelo que se le escurrió el balón. A mil revoluciones es más fácil cometer fallos.
Tomiyasu, en una mala cesión atrás, regaló el cuero a De Bruyne, que de primeras la picó por encima de Ramsdale. Un error grosero que sólo un genio como KDB puede transformar en diana. Una ventaja que el Arsenal equilibró con polémica. Nketiah remató y Ederson le arrolló. Penalti dudoso que Saka no perdonó. El líder recuperaba su sitio. Pero el City estaba esperando su momento y antes del descanso Rodri probó el larguero.
El segundo acto fue celeste. El guion de la película del Emirates la escribió Arteta y la finalizó Guardiola. El Arsenal llevó la iniciativa y el City le machacó con espacios.
Haaland vuelve a ‘mojar’
El noruego, que fue duda pero llegó sano para la gran batalla de esta Premier, forzó un penalti de Gabriel que el VAR anuló por fuera de juego. Jorginho, sacando bajo palos un remate de Akanji, sólo dilató lo inevitable. Los sky blues penalizaron el riesgo local y les mataron con dos goles. Gabriel falló en el pase y Haaland, Gündogan y Grealish tejieron un jugadón que finalizó el inglés.
Una ventaja que amplió el noruego a pase de De Bruyne con Rodri de facilitador. Sus dos jornadas sin mojar son historia. Erling llegó tocado y salió hecho un toro. Lleva ¡26 goles! en 22 partidos. Una locura para llevar la normalidad a la Premier. El City fue un cañón. Arteta no pudo ganarle al maestro Guardiola, pero le plantará cara hasta el final. La etiqueta de campeón no se regala. Mikel quiere su trono, pero el rey no ha entregado todavía su corona. Van a tener que arrancársela a bocados.
/Marca
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